Las obras de interconexión de las potabilizadoras de Eivissa y Sant Antoni durarán nueve meses, según consta en el proyecto, que se encuentra en exposición pública desde el pasado miércoles. El capítulo dedicado a las previsiones de duración detalla que los trabajos esenciales no concluirán hasta el octavo mes desde el comienzo de las obras. Así, las excavaciones y la instalación de tuberías empezarán en el segundo mes y no finalizarán hasta el octavo mes.
Esos cálculos contrastan con las previsiones realizadas el pasado día nueve de enero por la consellera balear de Medi Ambient, Margalida Rosselló, que aseguró que la parte esencial de la obra estaría operativa cuatro meses después del comienzo de los trabajos. Rosselló confiaba en que se empezara a abrir zanjas en abril, de manera que la conexión pudiera entrar en funcionamiento el próximo verano. Esos cálculos no coinciden con los que aparecen en el proyecto, donde se especifica que el plazo estimado para acabar esa laboriosa obra es de cinco meses más. En tal caso, si comenzara en abril no concluiría hasta diciembre.
Otro de los cálculos de la consellera que no coincide con los que constan en el proyecto de interconexión de las desaladoras es el del dinero que se pagará por expropiaciones. La responsable de Medi Ambient aseguró que sólo se tendrá que expropiar un terreno, en Cas Ferrer, donde se construirá el depósito regulador de 2.000 metros cúbicos. Sin embargo, en el proyecto se establecen pagos por 28 expropiaciones (17 en Santa Eulària y 11 en Sant Antoni), que en total ascenderán a 72.086 euros. Para llevar a cabo las obras se tendrán que ocupar 79.847 metros cuadrados, la mayoría temporalmente, por los que pasarán los más de 30 kilómetros de tuberías que enlazarán Sant Antoni con Eivissa y Santa Eulària, vía Sant Rafel.