El servicio de Protección de Menores del Consell Insular d'Eivissa i Formentera ha abierto 147 expedientes durante el año pasado, de los que 46 corresponden a denuncias por malos tratos a niños. El resto de los expedientes incoados corresponden a demandas de intervención, por parte de algún servicio donde no se concretaba una denuncia de malos tratos, «pero después puede surgir en la valoración», comentó la responsable de Protección de Menores, Josefina Costa. El servicio también recoge aquellas demandas de intervención porque hay alguna medida de protección aplicada, como casos procedentes de otras comunidades.
El número de expedientes incoados por Protección de Menores es superior en el 2001 en comparación con 2000, «pero las denuncias de malos tratos son inferiores», matizó la responsable. Sin embargo, la diferencia entre un año y el siguiente no es demasiado sustancial. «Puede ser que, por los motivos que sea, haya menos detección o que se registraran menos casos», comentó Costa acerca de los motivos. En algunos de los expedientes por maltrato se ha tenido que retirar la custodia a los progenitores. Costa relató cuál es el procedimiento que se sigue: «A nosotros nos llega una demanda y hacemos la investigación del caso para concretar si hay una situación de riesgo o no. En el supuesto de que se detecte, se determinará la gravedad del caso y ver cómo se debe de intervenir», explicó.
En función de la gravedad del mismo puede ser necesario que se asuma la tutela del menor o una medida de protección más leve. «La tutela es una situación más extrema. Durante el año pasado se llegó a la retirada y asunción de la tutela por la entidad pública», afirmó la psicóloga. Cuando se detectan estos casos, el menor pasa a una medida de acogimiento familiar o institucional. «Es preferible el acogimiento familiar con parientes biológicos y si no es posible se ingresa en un centro» , comentó.
El aterrador caso de la parricida de
Santomera
El caso de la parricida de Santomera, una madre que confesó haber
matado a sus hijos asfixiándoles con el cargador de un móvil, dejó
consternados a todo el mundo, no sólo a los vecinos de esta
localidad murciana. Tras este suceso se ha abierto un debate sobre
la violencia a menores.