Como si de un juego se tratase. Así es como imparten las clases de natación para niños en la Escoleta de Sant Antoni, un centro al que acuden padres e hijos para que los pequeños aprendan a nadar y pierdan el miedo al agua desde una edad muy temprana. El turno del lunes por la tarde está formado por niños de entre 3 y 5 años, unos hábiles nadadores que mostraron tener grandes cualidades para uno de los deportes más completos.
«Trabajamos los desplazamientos en el agua para que cojan confianza con el agua y aprendan a controlarse y moverse correctamente en la piscina», explicó Nieves Serra, la monitora de natación mientras indicaba a los pequeños que cogiesen los tubos de espuma que, acto seguido, utilizarían como punto de apoyo para meterse al agua y empezar a mover las piernas y los brazos.
El primero de los ejercicios consistió en trasladar numerosos juguetes flotantes, (pelotas, coches de goma y patitos) de un extremo al otro de la instalación cubierta en la que Joan Pau, Kevin, Julia y Vicent combinaron a la perfección sus movimientos natatorios con la velocidad: «Es muy importante que tengan confianza consigo mismos y con el medio acuático para conseguir que realicen los ejercicios porque si tienen miedo no podrían hacerlos», insistió la monitora, quien también señaló que a través de distintos juegos y objetos llamativos muestra a los pequeños cómo tienen que actuar en cada momento y situación.
«El objetivo es que aprendan a nadar jugando y que pongan en práctica habilidades y ejercicios de coordinación que realizan en el colegio», especificó Nieves Serra, quien en todo momento sigue las progresiones de sus pupilos, unos jóvenes nadadores que después de las primeras sesiones de natación ya se lanzan a la piscina teniendo como punto de referencia a su profesora, a la que en el momento del aterrizaje sobre el agua se agarran una vez que salen a flote.
Quizás el caso más curioso y espectacular de las clases de natación para niños la protagonicen los bebés, que aguantan la respiración bajo el agua de manera natural ya que poseen esa capacidad de manera innata. «Cualquier edad es buena para nadar. Nosotros recomendamos a los padres que sea el pediatra el que les indique cuándo debe iniciarse al niño en la natación. Lo habitual por problemas de piel del bebé es que empiecen a los 6 meses», comentó Serra.