Bernardo Blanco es misionero claretiano desde hace más de cuatro décadas. Desplazado en 1954 a Guinea Ecuatorial y en 1977 a Filipinas, este zamorano de nacimiento no recordaba, hasta hace unas semanas, cómo era el invierno. «Estoy acostumbrado a vivir en clima tropical durante todo el año y la verdad es que no me gusta el invierno. Tienes que ponerte demasiada ropa y resulta incómodo», explica. Bernardo se encuentra estos días en Eivissa invitado por Manos Unidas para dar a conocer los proyectos que esta organización ha llevado a cabo en los últimos años en este país y los proyectos más inmediatos. «Es la primera vez que vengo a Eivissa», confesó, «y he venido a dar a conocer la novela de mi vida», bromeó.
Lo cierto es que en su dilatada carrera Bernardo Blanco ha vivido muchas experiencias, algunas extremas, como un secuestro en 1993 de manos de los Comandos del Frente Moro de Liberación Nacional de Filipinas, cuando trabajaba en la parroquia de Matarlín, en la capital de Mindanao, Basilán. «En el momento de este suceso no dí importancia al organigrama de esta organización integrada por pakistaníes, pero con los años, los últimos acontecimientos , y por el tipo de material bélico que manejaban he llegado a la conclusión de que podrían estar relacionados con Bin Laden», recordó.
«Estuve retenido 49 días y al final una noche me escapé y, con ayuda de la luna me orienté por la selva. Desde entonces he dejado el Sur y me encuentro en el Norte del país, en Luzón, concretamente en Quezon City, una ciudad universitaria bastante importante».
Actualmente este misionero, aunque sigue trabajando con la gente, desempeña su labor como docente en el Seminario impartiendo Filosofía, Español, Mariología y charlas con los futuros misioneros: «Soy el más misionero de todos porque soy creador de misioneros», explicó al hablar de su nueva etapa lejos del contacto directo con la gente más humilde del país con la que ha llevado a cabo proyectos como la construcción de un centro de Artes y Oficios, o las Comunidades de Base Cristiana de formación para familias enteras en distintos oficios, algo que ha sido posible gracias a Manos Unidas.