La esperada ruptura de Eugenia Martínez de Irujo con su marido, el torero Francisco Rivera Ordoñez, conllevará que el próximo verano se deje de ver en las Pitiüses a una de las parejas más esperadas y que siempre levanta más expectación en las islas. Si vienen lo harán por separado y a residencias distintas. Eugenia no dejará de visitar la casa familiar que su madre Cayetana tiene en Punta Galera Allí pasó unos días el verano pasado, que no se caracterizó precisamente por la armonía y la diversión.
Eugenia se fue a las playas del norte de la isla con la duquesa de Alba y la nieta de ésta sin que Francisco Rivera se sumara en ningún momento a esas expediciones. Y es que la relación entre ambos no pasó por su mejor momento en los meses de calor. Pero vinieron juntos a Eivissa para evitar que se confirmaran los rumores que pintaban de negro la relación entre ambos. El presunto idilio mantenido por el torero en uno de sus últimos viajes a Venezuela se ha convertido en la gota que ha colmado el vaso para llegar a la ruptura matrimonial.
Sólo queda por conocer en qué mes vendrán o si sólo será ella la que decida cumplir con el protocolo de las Pitiüses. Las estancias de Francisco Rivera Ordoñez y de Eugenia Martínez de Irujo en las islas se han caracterizado siempre por su discreción, algo heredado de la duquesa de Alba, quien no suele hacer muchas apariciones públicas salvo la de asistir a la misa solemne del día grande de fiestas en Sant Antoni de Portmany.