La casa en la que nació Àngel Palerm, exiliado político desde los 19 años, en la calle del Mar de Eivissa, sirvió ayer de punto de encuentro de las fuerzas de la izquierda que celebraron el aniversario de la declaración de la II República en 1931. Recordar esta fecha, según el historiador Ernest Prats, « tiene más sentido que nunca, en un momento en que ciertas libertades democráticas parecen retroceder».
En Formentera, un grupo de veinte personas, entre ellas los supervivientes del campo de concentración, Joan Ferrer y Joan Castelló, manifestaron su interés en recoger firmas entre todas las asociaciones para conseguir que, junto a la ruinosa prisión, se coloque un monolito conmemorativo y se habilite un parque de la Paz.