La compañía Gesa confía en poder iniciar a mediados de mayo la construcción de un depósito para albergar combustible ecológico, caracterizado por su bajo contenido de azufre. El comienzo de las obras depende de que la empresa encargada de los trabajos cumpla una serie de requisitos y de que el Ayuntamiento de Eivissa otorgue las licencias de obra y de actividad, según explicó ayer el director de la central de Vila, José Luis Gracia. La construcción de ese gran depósito en el recinto de la compañía durará entre cuatro y cinco meses, y el objetivo de la empresa es que pueda estar operativo a principios del año 2003.
En la actualidad los dos depósitos más grandes de la central son de 4.000 metros cúbicos cada uno, es decir, 3.700 metros cúbicos menos que el que se construirá, lo cual da una idea del tamaño que tendrá. La mole cilíndrica tendrá 26 metros de diámetro (aproximadamente como la longitud de una cancha de baloncesto) y 14'5 metros de altura (como un edificio de cuatro plantas). El combustible ecológico permitirá reducir la emisión de óxidos de azufre, de manera que además de contaminar menos se reducirá el impacto visual del penacho que sale de la chimenea.
Por otra parte, la central de Gesa en Eivissa ha obtenido la certificación ISO 14.001 por su gestión ambiental adecuada, según explicó Gracia. Uno de los requisitos para lograrla ha sido la instalación de dos medidores de gases (se prevé la instalación de otros dos) en lo alto de la chimenea, de 60 metros de altura. De esa manera la empresa dispone de una medida continua de la emisión de gases de cada motor.