El grupo progresista de Santa Eulària ha detectado en es Canar y en es Figueral dos casos, similares a los de Can Castelló, en los que se ha intentado la legalización de viviendas mediante la emisión de certificados falsos de antigüedad. En ambos casos, los documentos han sido expedidos por el mismo arquitecto técnico que rubricó las antigüedades de Can Castelló. Tanto en es Figueral como en es Canar, el arquitecto acredita que las viviendas fueron construidas hace más de diez años. Sin embargo, el portavoz progresista, Carlos Salinas, aseguró ayer que esas declaraciones son falsas porque esas viviendas no figuran ni en las fotografías aéreas de la zona captadas en 1997 y en 2000 (de las cuales hay una copia en el Consistorio) ni en los planos catastrales.
Desde hace un lustro basta que un arquitecto técnico certifique que una casa tiene más de diez años para que se otorgue el final de obra. El Ayuntamiento debe comprobar entonces la veracidad del certificado enviando un técnico al lugar, algo que el de Santa Eulària no hizo ni en Can Castelló ni en los dos nuevos casos descubiertos por el Pacte de la localidad. El asunto de las seis edificaciones de Can Castelló denunciadas por los progresistas está siendo investigado por la Fiscalía.
Los progresistas temen que ésta sea sólo la punta del iceberg y que próximamente aparezcan nuevos casos de propietarios que intentan legalizar casas situadas en suelo rústico a pesar de que no disponen de la superficie requerida, que en Santa Eulària es de 15.000 metros cuadrados. Las de es Canar y es Figueral tenían, respectivamente, 975 y 2.009 metros cuadrados.
A juicio de Salinas, «el Ayuntamiento, bien por dejadez o por colaboración directa o indirecta, está beneficiando a esa panda de desaprensivos al no comprobar las certificaciones de los aparejadores». En el caso de las seis viviendas de Can Castelló, además de esas certificaciones de antigüedad falsas emitidas por el arquitecto técnico, se emplearon placas catastrales de otras viviendas.