Diferente y atípico está resultando el inicio de la temporada 2002 en las Pitiüses. La bajada de reservas para el mes de mayo y el mal tiempo, que ha obligado a decenas de grupos de turistas a deambular en sandalias a pesar de las lluvias por las calles de los distintos núcleos urbanos y turísticos, han recordado a más de uno el viejo refrán que dice aquello de que «hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo», cosa que en Eivissa y Formentera se solía hacer el cuarenta de abril.
Un paseo por Platja d'en Bossa ayer sirvió para ilustrar esta situación que se repite en los distintos enclaves turísticos de las Pitiüses, donde este mes de mayo no tiene nada que ver con el de 2001. Playas desiertas y casi sin arena debido al temporal, charcos, turistas con paraguas y chubasquero, poblaban ayer las aceras y establecimientos.
«Esta temporada se presenta floja y si hace malo los turistas no salen ni de paseo ni de compras», explicaba Rosa, dependienta en la boutique Uncle Sam, quien señaló que el año pasado por las mismas fechas se veía más gente. Algo en lo que coincidió Toni, responsable de los apartamentos Tur Palas, donde su piscina desierta al borde del mar era el único paisaje a la vista de los pocos turistas que se encontraban ayer en las instalaciones. «La lluvia ayuda al campo pero no al turismo y este año las autoridades se han dormido en los laureles a la hora de poner a punto las playas. Aquí en Platja d'en Bossa no se ha retirado el alga seca, y la playa antes del temporal tenía muy mal aspecto. No creo que mantener el alga seca en la arena sea una buena solución por mucho que así lo crean los ecologistas», comentó el responsable de los apartamentos Tur Palas.
La bajada del poder adquisitivo del turista británico y los problemas en el Reino Unido son las causas que baraja Toni, de la Burger Nàutic, a la hora de analizar el descenso de reservas. «Además, muchos de los visitantes me han comentado que existen destinos más baratos en los que ya han estado y se lo han pensado antes de venir», explicó el hostelero . En el supermercado Sol y Mar 2, María y Jesús comentaron el descenso de afluencia de turistas. «No ha sido por el mal tiempo pero es verdad que con la lluvia se vende menos», explicó María. «Hay mucha diferencia con respecto a mayo del año pasado. Yo calculo que un veinte por ciento menos», cuantificó Jesús. «De todas maneras no habría que alarmarse porque acabamos de empezar y la isla no se llena en una semana», agregó.
José Serra, representante del mayorista de droguería y perfumería del mismo nombre dijo que todas las zonas de la isla están igual. «Nosotros a principios de temporada hacemos las ventas de apertura y de momento no hemos notado el descenso. Supongo que nos daremos cuenta dentro de unas semanas cuando volvamos a vender para reponer las estanterías. De todas formas yo nunca sé cómo ha ido la temporada hasta noviembre, cuando se termina».