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El viento derriba árboles y provoca desprendimientos en Cala Vedella

Las precipitaciones inundaron un tramo de un kilómetro de la carretera de Sant Antoni

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EUGENIO RODRIGUEZ
Las fuertes rachas de viento de este nuevo temporal se ensañaron con los árboles, que cedieron ante el empuje del viento en numerosos puntos de la isla. La estampa recordaba los efectos del temporal de noviembre, que entonces ya dejó un reguero de árboles sobre el asfalto y caminos de las Pitiüses. La noche del lunes, pasadas las 22.20 horas, cayó un ciprés en la calle Bisbe Uix en Eivissa, detrás de la iglesia de Santa Creu. Los bomberos tuvieron que acudir para retirarlo.

Lo mismo sucedió ayer en la entrada de Santa Eulària, Santa Gertrudis, Benimussa, Sant Rafel, Sant Josep y Cala Vedella. En este último caso, un pino cayó sobre el asfalto en el cruce de Caló d'en Real y Cala Vedella, cortando el paso a un autobús. Los vecinos se afanaron en cortar el tronco, antes de que llegaran los bomberos, para restablecer la circulación. Afortunadamente, ninguno de los árboles que cedió ante las fuertes rachas de viento ocasionó daño a nadie.

Asimismo, las lluvias ocasionaron desprendimientos de tierra y piedras del talud de las carreteras de Cala Vedella y Cala d'Hort, poniendo en peligro la circulación. Las fuertes precipitaciones inundaron, por su parte, un quilómetro de la carretera de Sant Antoni, concretamente a la altura del cruce de Benimussa. Las fuertes lluvias registradas en Sant Joan (más de 100 litros) causaron inundaciones, pero no provocaron daños. Pese al mal estado de las carreteras, sólo se registró un total de cinco accidentes de tráfico leves.

El temporal también arremetió contra la playas, especialmente las de la zona de levante. El presidente de los concesionarios de la zona marítimo terrestre, César Jerez, lamentaba ayer que el oleaje ha vuelto a llenar de «algas» las playas de Santa Eulària, que recientemente fueron limpiadas. «Habrá que volver a retirar las algas, pero lo más grave es que estas playas han perdido más arena de la poca que tenían», explicó. En Eivissa ciudad, las alcantarillas volvieron a ceder y dejaron un reguero de basura en la calle Ignacio Wallis y sus aledaños.

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