La plaga de leptinotarsa decemlineata, más conocida como el escarabajo de la patata, se ha extendido este año por algunas explotaciones de es Canar y Sant Llorenç. Eivissa era hasta el año pasado una de las pocas regiones en Europa (así lo dice la propia normativa comunitaria) donde nunca se había detectado la presencia de este insecto, que aniquila las plantaciones de solanáceos (patata, berenjena, tomatera y pimiento, entre otras hortalizas). El foco inicial se detectó el verano pasado en los alrededores de sa Bodega d´'en Guasch (Santa Eulària). «A finales del año pasado ya sospechábamos que podía haberse producido esta expansión del insecto», explica Joan Ferrer, técnico de Agricultura del Consell Insular.
Para combatirlo, el Consell Insular ha contratado este año los servicios de una empresa altamente especializada en el control de plagas, que aplica un método totalmente novedoso en la isla. Este consiste en aplicar pequeñas dosis del insecticida en estado puro sin el uso de maquinaria pesada, lo que incrementa considerablemente la efectividad y, sobre todo, la rapidez del tratamiento. En dos horas aproximadamente se controla la plaga en una hectárea de cultivo. «Este año, en un mes, hemos hecho lo mismo que el año pasado en tres», apunta Ferrer.
Por el momento, la plaga no ha provocado perjuicios económicos a los agricultores. «Estamos actuando a tiempo para evitarlo. El insecto puede echar por tierra toda la cosecha», señala el técnico del Consell Insular. Por ello, Ferrer subraya la importancia de la colaboración de los agricultores para detectar el problema a tiempo: «En la isla estamos poco acostumbrados a las plagas aéreas y no se vigila adecuadamente», dice.