Los empresarios advierten de que la situación actual es «insostenible» y que hay que adoptar soluciones urgentes para acabar con la delincuencia. Para ello han remitido una misiva a la directora de la Administración General del Estado en las Pitiüses, Marienna Sánchez-Jáuregui, en la que le instan a «asistir» y a «apoyar» una reunión de todos los sectores de la sociedad con el objeto de «tratar el tema de la delincuencia desde todos los puntos de vista» y «tomar decisiones concretas e inmediatas».
La Pimeef también ha remitido la invitación a las entidades e instituciones que considera esenciales para tratar este asunto, como la dirección general de Economía, Comercio e Industria, la Conselleria balear d'Interior, la Conselleria insular de Turisme, todos los ayuntamientos, la Guardia Civil, la Policía Nacional, el juez decano «con algún fiscal» y el Defensor del Pueblo, o en su defecto su adjunta, María Luis Cava de Llano. Según explicó ayer en rueda de prensa el presidente de la Pimeef, Antoni Marqués, ese encuentro debería consistir en una «jornada intensiva» que dure uno o dos días. A su juicio, dado el cariz que ha tomado ese asunto la reunión debe realizarse antes de octubre para preparar con tiempo la próxima temporada.
Desde la Pimeef se propone que la Administración General del Estado consienta que las empresas de seguridad privada actúen en las calles como apoyo a las fuerzas de orden público, algo que actualmente está prohibido, ya que, en principio, sólo pueden intervenir en polígonos industriales, urbanizaciones y recintos cerrados particulares. Su utilización como garantes de la seguridad en las playas se está permitiendo esta temporada de forma excepcional, aunque no se ajusta a la ley, según explicaron ayer los empresarios. Estos consideran que ni hay suficientes policías y guardias civiles ni los que hay están suficientemente preparados: «Hace falta una dotación que conozca bien los problemas de las Pitiüses», aseguran.
Fernando Cobo, técnico de comercio de la entidad, cree que el Estado debería permitir, transitoriamente, esa solución hasta que haya más refuerzos policiales, y recordó que algo parecido se hizo en la localidad alicantina de Benidorm «cuando la cosa estaba desmadrada». Marqués dibujó un gris panorama: hay bandas organizadas que se reparten cada zona, hay residentes extranjeros que por miedo «comienzan a vender sus alojamientos», y la imagen de Eivissa como destino turístico «está siendo dañada gravemente». Ya no es, dice, un problema que afecte sólo a determinadas zonas, es «global»: «Este año se ha desbordado. Se ha pasado de una isla tranquila a una isla insegura».