El presidente de la Federación Empresarial Hotelera, Pedro Matutes, llevó ayer a la reunión de la Mesa del Turismo del Consell un exhaustivo informe que cifra en unas 30.000 las plazas de oferta ilegal que funcionan actualmente en las Pitiüses. «En gran parte la oferta está en Internet, sobre todo en alemán e inglés, y con una serie organizaciones que la ofrecen», explicó el hotelero.
Para elaborar el informe han tomado como base las cifras de tráfico aéreo en Eivissa correspondientes a los años 2001 y 2002 (sólo hasta agosto) comparándolas con las estadísticas de ocupación hotelera recopiladas por al Federación Hotelera y con el número total de plazas legales de las Pitiüses (unas 85.000). Los hoteleros han observado que la punta máxima se sitúa en cifras cercanas a 150.000 personas. Una cifra que desborda con mucho las 84.915 plazas turísticas legales consideradas.
Las 65.000 personas de más se explican, en parte, por los niños que se alojan con los padres en la habitación, los trabajadores de temporada, el fenómeno inmigratorio, las segundas residencias y las personas que acuden a casas de amigos. Sin embargo, todo esto «no supone más del 50% de las 65.000 personas que no están en hoteles legales». Por este motivo la Federación llega a la conclusión de que unas 30.000 o 35.000 plazas están fuera de la ley. «Es un problema serio contra el que hay que actuar valientemente», advirtió Matutes.
El estudio no ha tenido en cuenta la cifra de llegadas por barco. Si las hubiesen incluido la cifra de oferta ilegal «hubiese salido mucho mayor».
Los hoteleros destacan que la oferta ilegal es un fenómeno que alcanza el máximo en julio y agosto, disminuyendo luego rápidamente. «La auténtica sobrecarga de la isla se halla en el impacto de la oferta ilegal sobre la capacidad total de acogida», señalan.
Por su parte, el conseller de Turisme, Josep Marí Ribas, coincidió con las cifras de la Federación y remarcó que los servicios de inspección de «están trabajando, han trabajado y seguirán trabajando» para atajar el problema.