En un rincón de la localidad de Es Cubells se levanta, desde hace más de medio siglo, la Casa de Espiritualidad, conocida popularmente como el seminario de verano, nombre que se le dio en el momento en que se fundó. Actualmente viven en ella una comunidad de siete hermanas pertenecientes a la orden de las Carmelitas Misioneras, pero las puertas de este sencillo edificio siempre se encuentran abiertas para cualquier persona o congregación que quiera pasar allí unos días «de paz».
Así lo aseguran María Carmen Azcárraga, responsable de la comunidad, además de enfermera en el hospital de Can Misses, y Àngela Vidal, quien se ocupa de la economía de y de la marcha de la casa en general.
La vida de esta pequeña familia de religiosas cambia cuando acogen, casi siempre durante los fines de semana, a algún grupo de personas o a alguna congregación. «Esto está abierto para todo aquel que quiera orar, independientemente de su religión. Aquí también recibimos a muchos anglicanos o evangélicos, no sólo a católicos», explica la hermana María Carmen.