En 16 años de dedicación a la astronomía han sido muchas las
decepciones y las alegrías que Antonio Moreno, un cordobés de 29
años, ha recibido del universo, ese espacio que apasiona y le
sorprende continuamente. Noches enteras de espera en verano o en
invierno, con frío o con calor, y muchas pruebas que, a menudo, se
quedan en fotografías oscuras sin ningún fenómeno apreciable,
forman parte de su rutina y de la de tantos otros aficionados a
esta compleja ciencia.
«En 1998 empecé a hacer fotografías con las réflex antiguas y ya en
el 2001 capté por primera vez imágenes de la luna», recuerda. Poco
a poco su trabajo y su aprendizaje (ha realizado algún cursillo,
como por ejemplo uno en Lleida y pertenece a la Agrupación
Astronómica de Zaragoza) fue dando frutos y, además de haber
publicado alguna fotografía en revistas especializadas como
'Tribuna de Astronomía y Universo', ha ganado un concurso en
Eivissa, concretamente en Santa Eulària.
La evolución de un aficionado a la astronomía se puede ir
calibrando a través de los instrumentos que utiliza. Antonio Moreno
empezó con unos prismáticos y recientemente se ha comprado un
telescopio de la marca Vixen que le ha costado alrededor de 1.200
euros. «Trabaja como un reloj y corrige el movimiento de la tierra
-explica emocionado este joven cordobés -, tiene un nivel de
aficionado alto, pero es que con algo más complejo necesitas ya un
lugar para observar». «Para mí estos fenómenos son noticias que
intento captar y que luego envío para ver si generan curiosidad
entre los aficionados», dice.
El pasado 18 de noviembre una lluvia de estrellas conocida como las
Leonidas tenía que producirse alrededor de las 04,00 horas de la
madrugada. «Pero todo se estropeó por las condiciones
meteorológicas y porque había casi luna llena», recuerda
decepcionado Antonio Moreno.
El cordobés opina que Eivissa «es un sitio privilegiado para mirar
el cielo». Según él, en la península deben recorrer kilómetros
buscando un sitio y aquí los espacios abiertos son muchos.
Sara Yturriaga
Con la mirada puesta en el cielo
Los aficionados a la astronomía, como Antonio Moreno, saben que la paciencia y los años de espera forman parte de la rutina