Esta tarde se clausurará, con una cata de vinos, el curso de viticultura desarrollado en el local social de Sant Miquel. 44 personas, en su mayor parte vecinos de las localidades cercanas, han participado en este curso organizado por el Ayuntamiento de Sant Joan y subvencionado al 100% por el grupo Leader (con cofinanciación de la UE). Las clases pretenden activar el ámbito rural de la isla e implicar a los jóvenes en el desarrollo de las producciones autóctonas.
«El vino ibicenco no es, como se suele creer, malo, pero se rige por las tradiciones y eso conlleva un desconocimiento en algunos aspectos», explicó el enólogo Juan Mora, asesor de una quincena de bodegas de Mallorca, desde donde ha viajado para impartir los dos últimos días del curso. «Me he centrado más en la elaboración del vino porque los primeros días hubo otro profesor, Antonio Martorell, que repasó la viticultura», apuntó.
Los alumnos, hombres en su totalidad y casi todos vecinos de Sant Joan, han ampliado conocimientos gracias a unas clases teóricas que probablemente mejorarán la producción de su cosecha. Los precursores de esta iniciativa son conscientes de en estos cursos la mayor parte de las inscripciones son de vecinos de la zona; y es que la publicidad que mejor funciona es la del boca a boca.
«En Eivissa hay un potencial dormido en lo que se refiere a la producción de vino, hay muy pocas bodegas comerciales y mucho particular», apuntó el profesor. Uno de esos particulares es José Planells un vecino de Sant Llorenç que, aunque no comercializa su vino, lo produce para su familia y amigos. «Hago cursos a menudo y son muy importantes porque el que no los hace se encuentra a oscuras». Entre los alumnos destacaba también el alcalde de Sant Joan, Antoni Marí Marí.
S.Y.