El Consejo de Ministros autorizó la celebración de los contratos de las obras correspondientes a las desaladoras de agua de mar de Santa Eulària, Andratx y Bahía de Alcudia (Mallorca), y Ciutadella (Menorca). Estas cuatro instalaciones están incluidas en el Plan Hidrológico Nacional y suponen una inversión superior a los 66 millones de euros, destinada a la construcción de las plantas, la expropiación de los terrenos y las servidumbres y las medidas ambientales adicionales.
La planta de Santa Eulària cuenta con un presupuesto de 14,4 millones de euros y una producción de 10.000 metros cúbicos diarios, ampliable a 15.000, que darán servicio a una población de 53.000 habitantes. Según una nora remitida ayer por el Gobierno, la nueva planta «resolverá los problemas de sobreexplotación de los pozos de abastecimiento y la salinización del agua debido a la actividad turística y a la proximidad de Eivissa capital».
Por su parte, el presidente del Govern, Francesc Antich, El president del Govern, Francesc Antich, rechazó ayer las cuatro desaladoras aprobadas por el Gobierno central y advirtió que esa medida «incrementará el precio del agua». Tras cuatro años «escuchando» que se iban a construir nuevas desaladoras, el presidente del Govern tildó ayer la medida de «electoralista», al tiempo que advirtió de que el precio del agua costará más.
Para el Ejecutivo autonómico, con las mejoras realizadas en la desaladora de San Antoni de Eivissa y la puesta en marcha del futuro trasvase de Sa Costera se cubrirían las necesidades hídricas del archipiélago, si bien Antich se mostró partidario de discutir sobre la necesidad de abrir una más en la bahía de Alcudia.
Antich recordó que «estamos cansados de polémicas», si bien aclaró que el deber del Govern es «defender nuestras competencias», por lo que los servicios jurídicos de la Comunitat estudiarán el hecho de que la Administración autonómica no haya sido consultada. El Ministerio de Medio Ambiente, en cambio, dice que así garantiza el suministro de agua durante un periodo superior a veinte años, fortaleciendo así el potencial turístico de Balears y respetando el entorno natural.