El director técnico del Centro de Desarrollo Rural Integrado de Cataluña (Cedricat), Jordi Amorós, habló ayer en el Recinto de Ferias y Congresos de las Pitiüses sobre los problemas socioeconómicos que afectan al panorama rural de les Illes Balears y en especial al de Eivissa y Formentera. La falta de recursos humanos y la escasa producción agrícola dibujan en las islas una realidad donde el sector agrario tiene cada vez menos presencia y prácticamente todo lo acapara el turismo. Además de esta problemática, Amorós se refirió a la «paradoja» que se da en la comunidad balear, donde, a pesar de disponer de marcas tan atractivas como podrían ser «Illes Balears» o «Eivissa», sin embargo, no se les puede sacar provecho puesto que apenas hay producción autóctona.
El director del Cedricat apuntó varias soluciones para cambiar la situación que atraviesa actualmente el sector primario: «Es necesario que determinadas personas apuesten por la agricultura y que la administración la apoye proporcionando una formación continuada a los agricultores». Resaltó, además, la importancia de conseguir una distribución adecuada y una diversificación de la producción. Apostar por los productos de calidad es otra de las claves que señaló para conseguir que prospere en las islas el sector agrícola.
A esta charla le siguió la conferencia del Carlos Tió, jefe de departamento de Economía Agraria de la Universidad Politécnica de Madrid, que habló sobre los cambios previstos en la política agraria de la Unión Europea. Tió hizo especial hincapié en la agricultura multifuncional, un concepto que subraya el papel que juega este sector, no sólo como productor de alimentos, sino como factor relevante en la conservación del patrimonio rural, el paisaje y el medio ambiente.