Salinera Española lleva dos años sin poder acometer obras de mantenimiento en la salinas porque la administración no le autoriza a ello. El Govern aprobó el 12 de diciembre de 2001 la declaración de parque natural de ses Salines (hasta ese momento Reserva Natural dependiente del Gobierno central) y desde entonces asumió su gestión. El director de Salinera Española en Eivissa, José María Fernández, asegura que, a medio y largo plazo, si anualmente no se realizan estas obras las salinas pueden quedar obsoletas y perder competitividad dentro del mercado. Para este año, Salinera Española tiene previsto, por ejemplo, invertir 90.000 euros (15 millones de pesetas) en la reparación de motas (los terraplenes que separan un estanque de otro), el ensanchamiento de algún camino por donde transitan los camiones y la limpieza de los pisos (fondo de los estanques) de yeso y barro.
La dirección general de Industria, dependiente del Govern, aprueba cada año el plan de labores, donde se incluyen las inversiones necesarias para poner a punto las instalaciones, según dice Fernández. Salinera Española también solicita permiso a la Conselleria de Medi Ambient, pero ésta no ha contestado a ninguna de estas peticiones. Por ello, en 2001 y 2002 la empresa no ha podido llevar a cabo ninguna obra de mejora de las salinas. «Ni han contestado a ninguna de las peticiones formuladas», explica el director de la explotación de Salinera Española en Eivissa.
La Conselleria de Medi Ambient dice, por su parte, que desde que se hizo cargo de la gestión del parque natural sólo ha recibido una solicitud de obra y que ésta aún se está tramitando. José María Fernández mantiene que en las salinas de Murcia y Alicante, también en un espacio protegido, que explota Salinera Española, no hay dificultad alguna para mantenerlas al día. Si no se realizan las obras, dice Fernández, puede ocurrir: «La pérdida de capacidad de almacenamiento de agua y su contaminación y descenso de la producción y su calidad».