Aquí tiene que llegar la afición por los cócteles porque está muy desarrollada en países como Alemania o Inglaterra y esos turistas luego vienen aquí y les gusta pedírselos», explica Cintia Benítez, una argentina que junto a su hermano Marcelo imparte estos días clases para aprender a mezclar con acierto todo tipo de bebidas. Un barman ansioso por ampliar conocimientos, un matrimonio con ganas de sorprender a sus invitados o un trabajador de un hotel que aspira a trasladarse a la barra de la piscina el próximo verano, son algunos de los alumnos que han participado en las clases que se imparten en el bar 'The other place'.
Con sus apuntes en la mano repasan algunos de los más de 100
cócteles que han visto; Pedro, que se apuntó porque considera que
«copas las pone cualquiera», se queda con el Viagra, un combinado
que mezcla vodka, ron, ginebra, red bull, southern confort y zumo
de arándanos.
Cintia y Marcelo iniciaron su andadura hace ocho años en Buenos
Aires, donde mantienen abierta la 'Universidad del Cóctel', una
iniciativa que pronto estrenarán en Barcelona y que propone un
curso de un año de duración. Ambos apuestan por añadirle a la
coctelería un valor agregado, el deshow, que permite al barman
manejar con dotes de malabarista hasta siete botellas a la vez.
«Para aprender a hacer eso se necesitan muchas más clases, hay que
echarle muchas horas», explica Cintia. El movimiento más complejo
es aquel en el que se manejan tres botellas con cada mano, mientras
la séptima hace equilibrios sobre la cabeza. Marcelo considera que,
frente a las copas convencionales, los cócteles tienen «carácter,
estilo y se identifican con un momento y un lugar determinado»,
mientras que su hermana señala que son una buena opción para las
mujeres, «que normalmente no beben alcohol» . Los interesados en
recibir clases pueden llamar al 679 474 555.
Sara Yturriaga