Francisco Martínez comenzó a donar sangre con sólo 18 años. Esa
precoz motivación le ha convertido, a sus 47 años, en uno de los
españoles más jóvenes que han recibido el Diploma y la Medalla de
Gran Donante. Ayer, en el Consell Insular, donde se le ofreció una
recepción, se mostró muy orgulloso y dispuesto a continuar su labor
muchos años más. «Lo único que quiero es ayudar a los demás y la
verdad es que estos pequeños homenajes le suben a uno la moral»,
aseguró.
Con él ya son seis los ibicencos que han recibido esta distinción
que reconoce a las personas que han efectuado un mínimo de 75
donaciones. Este logro adquiere especial relevancia en el caso de
quienes, como Francisco, han donado sangre total (que sólo permite
cuatro donaciones al año), frente al sistema de féresis (la
extracción es posible cada 21 días porque sólo se utiliza una
porción de la misma).
El sencillo homenaje, al que asistieron la presidenta Pilar Costa y
los consellers Josep Marí Ribas y Sofía Hernanz, también iba
dedicado a Antonio Sepúlveda, presidente de la Asociación de
Donantes de Eivissa y Formentera, quien recientemente acudió a
Zaragoza para recoger el Diploma al Mérito Nacional de la Donación
Altruista de Sangre en España, una distinción que reconoce el
esfuerzo realizado por la asociación pitiusa, que ha sido la que
porcentualmente ha incrementado más el número de donantes en el
último año.
Sepúlveda aprovecho la ocasión para hacer un llamamiento para que
desaparezca «el habitual temor al pinchazo» y la gente piense «en
la satisfacción posterior» que, según él, es inmensa. S.
Yturriaga
Donantes de sangre: sobrados de humanidad
Francisco Martínez ha recibido el Diploma y la Medalla al Gran Donante el mismo año en que se ha reconocido la labor de la asociación ibicenca