El Real Decreto del Ministerio de Fomento publicado en el BOE del 12 de mayo sobre la seguridad en la mar mediante el cual se obliga a las embarcaciones de tercera (las que pueden alejarse hasta 25 millas de la costa) a incluir, independientemente de sus dimensiones, una balsa salvavidas, ha vuelto a poner de actualidad este tipo de embarcaciones fundamentales en la seguridad del transporte marítimo de personas. Los propietarios de las embarcaciones afectadas por esta buena medida de seguridad, tienen 6 meses de plazo, desde la publicación de esta Ley, para ponerse al día en materia de seguridad.
En Velamar, una empresa ibicenca de 25 años de trayectoria en el ámbito de la fabricación y reparaciones de velas, se han especializado en los últimos 15 años en la revisión y puesta a punto de las balsas salvavidas. «Somos el único centro homologado por la Dirección General de la Marina Mercante para realizar este tipo de trabajo en Eivissa y Formentera», explicó Javier Vide, propietario de esta empresa que desde 1988 realiza las revisiones anuales de las embarcaciones de seguridad de yates, ferrys, golondrinas y embarcaciones de mayor envergadura que operan y tienen base en las Pitiüses.
Este tipo de ITV's para balsas de salvamento, se realiza de
manera abundante de enero a mayo, para que, con el inicio de la
temporada, todas las golondrinas y ferrys que operan en las
Pitiüses estén al cien por cien. «Los fabricantes de las balsas se
ponen con contacto con nosotros e inspectores de distintos países
europeos, según la procedencia de cada marca, visitan nuestras
instalaciones para homologarnos», detalló Javier que revela que
todo el personal que en su empresa se dedica a este menester, seis
personas, realizan cada dos años cursos de reciclaje para estar al
día en todos los sistemas y mecanismos de seguridad.
«En cada revisión nosotros nos ocupamos de revisar todo aquello que
es vital en la balsa y que denominamos checking o listado de
mecanismos y partes de la balsa a mirar detenidamente», dijo
mientras muestra un portafolios con un detallado esquema en el que
los operarios de Velamar, de dos en dos, realizarán un ordenado,
detallado y largo proceso en el que lo verán todo con lupa. El
primer paso a realizar en este trabajo en el que se comprueba que
la balsa salvavidas está en condiciones de realizar su cometido sin
fallos, es el de extraer la embarcación neumática del cajón en el
que está guardada. Se desmonta y se abre manualmente. Acto seguido,
se hincha y se comprueba que las botellas de nitrógeno (CO2),
tienen el peso estipulado pesándolas en dos balanzas distintas y se
desmonta el disparador. « Toda esta labor exhaustiva suele durar
aproximadamente cuatro horas», destacó Vide que comenta que desde
que la balsa se hincha hasta que se comprueba su presión con un
manómetro pasa media hora. Para ver que la embarcación no pierde
aire tendrán que comprobar que en hora y media no ha perdido el 1,5
por ciento de aire.
«Nos ceñimos a la normativa de seguridad ISO 96-50 que tienen que
cumplir todas las embarcaciones salvavidas», resumió Vides que
mostró el kit de supervivencia de serie con bengalas, mantas
térmicas, comida y agua y una linterna entre otras cosas. Entre los
modelos que ayer se encontraban en el taller de Velamar los había
de PVC, neopreno y poliuretano.
E.Estévez