Rafael Orellano es el autor de la imagen recién bendecida de la 'Mare de Deu dels Desamparats' de Sant Antoni. Este artista de 78 años, que no se piensa jubilar, no ha parado de esculpir a lo largo de su vida.
-¿Desde cuándo se dedica a la escultura?
-Yo nací modelando. Mi padre tenía un taller. No era escultor, era
un gran tallista, aunque tocaba algo la escultura. Pero se ve que
Dios quería que se completara ese taller conmigo y yo le he dado
más a la escultura que al adorno.
-¿Está especializado en las tallas de
madera?
-No. El que es escultor lo es para todo.
Igual modela que talla o esculpe... Cualquier material es bueno
para expresar lo que llevas dentro.
-El encargo de Sant Antoni, ¿es la única obra suya que
hay en Eivissa?
-Es la primera y, de momento, la
única.
-Usted ha definido esta imagen de la Santa como una obra
única...
-La cultura primitiva relacionaba la
representación de las cosas sacras o de la realeza con una base de
oro y la posterior policromía procurando que en algunas zonas la
policromía fuese transparente para dejar ver que debajo estaba el
símbolo divino del oro. Yo he tenido en cuenta eso estudiando bien
las técnicas utilizadas en el siglo XV.
-También ha mencionado la técnica del
palillo...
-Hay tallas que se esculpen directamente
sobre la madera y otras en las que sólo se hacen directamente el
rostro y extremidades para añadirle algunos pliegues con unas telas
especiales mojadas en cola y escayola que se endurecen al fraguar.
Los palillos se utilizan para lograr pliegues naturales que muchas
veces no se consiguen con una talla esculpida.
-¿Qué destacaría de la imagen de Sant
Antoni?
-La rigurosidad con la que he tratado. Creo
que he logrado casi al cien por cien la expresión dulce y
preocupada de la Santa por los que oran. He esculpido la dulzura de
la Virgen, la preocupación de su mirada.
E.Estévez