El informe económico y social de «Sa Nostra» destaca que los registros del sector de la industria ibicenca son superiores a la media balear. En lo que respecta a la industria tradicional de la isla, la rama de la extracción de sal ha sufrido un recorte del nivel de personas ocupadas del 6 por ciento, dato que ha sido compensado por la industria de los materiales de construcción, que ha experimentado uno de los mejores registros de Balears al aumentar su fuerza laboral en un 7,9 por ciento, «en sintonía con el liderazgo ibicenco en la actividad constructora». En la categoría de «otras industrias», que incluye la artesanía de la bisutería como componente principal, también ha visto incrementado el número de empleados, en este caso en un 3 por ciento.
En lo relativo a la rama de extracción de minerales no metálicos, la cantidad de trabajadores se redujo en 2002 en un 14 por ciento, después de un año 2001 en el que se había más que duplicado. Por otra parte, la industria agroalimentaria, que ocupa la cuarta parte de la fuerza laboral pitiusa del sector, contó con 416 trabajadores para desarrollar su actividad, lo que supone un 1,5 por ciento más que el año anterior. La rama de alimentos manufacturados y bebidas creció un 13,3 por ciento, según el informe de «Sa Nostra» que destaca que es uno de los sectores industriales en los que más dinero se invirtió en 2002, con un total de 46.641 euros.
El resto de indicadores de actividad industrial disponibles como el consumo de gasoleo A o la facturación de electricidad no hacen sino confirmar la evolución positiva apuntada, al crecer el primero en un 5,4 por ciento (un 3,1 por ciento creció en el conjunto de Balears) y el segundo un 9,8 por ciento (sólo un 0,6 por ciento en el conjunto de Balears lo que confirma el despunte ibicenco).