El Comité Permanente de la Cadena Alimentaria y la Salud Animal de la Unión Europea ha decidido imponer a Balears un nuevo embargo a la exportación de animales vivos y material reproductor, por los brotes de «lengua azul» detectados a finales del pasado octubre en Menorca, según informó la Comisión Europea.
Esta enfermedad es transmitida por los insectos y afecta a rumiantes como la vaca, la oveja, la cabra o el ciervo. El Ejecutivo comunitario recordó ayer en un comunicado que el anterior embargo a la exportación de animales vivos desde el archipiélago balear duro más de dos años y se levantó en enero de 2003. Asimismo, el citado comité decidió mantener las restricciones existentes en la isla francesa de Córcega ante la constatación, igualmente, de que había nuevos casos de esta enfermedad. Sin embargo, levantó el embargo que impuso al territorio de Bulgaria a finales de 2001 al comprobar que los programas de vigilancia habían demostrado la ausencia de «lengua azul» en este país.
El brote de lengua azul no ha afectado a las Pitiüses, pero a pesar de ello, fuentes del Consell informaron ayer que se han extremado las medidas de control en la cabaña pitiusa. Además, desde Eivissa no se exporta nada de ganado, por lo que en principio la medida tampoco afectará a la escasa producción ganadera de la isla. Fuentes comunitarias indicaron a Europa Press que esta enfermedad viral es muy contagiosa entre los animales y puede provocar la muerte de los mismos en los casos más graves. Pese a ello, no supone ninguna preocupación para los seres humanos.Por su parte, la consellera de Agricultura, Margalida Moner, pidió ayer al Gobierno central «compensaciones técnicas y económicas» por la reaparición en Menorca de la enfermedad de la lengua azul ovina y anunció la detección de un nuevo foco, con lo que ya son cinco las granjas con animales infectados.