Soy inmigrante, y cuando llegamos a Eivissa a mi madre le costó encontrar trabajo, pero ahora ya lo tiene y estamos bien». Así hablaba Numa, uno de los estudiantes de 6º curso que ayer participó en el pleno infantil del Ayuntamiento de Eivissa; un debate que, como tantos otros actos esta semana, giró entorno al 25 aniversario de la Carta Magna. Con esas palabras Numa hacía referencia precisamente a uno de los deseos que manifestaron casi todos los jóvenes presentes: que la ley posibilite que todos los inmigrantes tengan derecho al trabajo en este país.
Con el alcalde de Eivissa, Xico Tarrés, al frente, 70 escolares de ocho colegios del municipio participaron en este encuentro que todos traían muy bien aprendido de clase y que Tarrés, rememorando sus año como profesor, supo manejar con soltura. No faltaron las respuestas ocurrentes que sólo un niño de 13 años sabe dar con un tono de convencimiento propio de cualquier político. «Creo que a los 13 años ya se debería poder votar», manifestó uno de los niños que ocupaban los bancos. «¿Y por qué crees que esa sería la edad adecuada?», le requirió el alcalde. «Porque a mí hay muchas cosas que no me gustan, como que en el campo de fútbol no haya porterías pequeñas», aclaró haciendo gala de una transparencia que a menudo se echa de menos en las habituales sesiones plenarias. Para otro de sus compañeros, en cambio, la edad apropiada para empezar a ejercer el derecho al voto serían los 25 años, pero en este caso al estudiante le traicionaron los nervios y no supo explicar el por qué de su propuesta.
Por supuesto, todos tenían muy claro cuántos años cumple la Carta Magna, unas bodas de plata que para unos niños que están entrando en la adolescencia, como Lucía, «no es demasiado tiempo». S.R