El nuevo gobierno del Consell Insular pretende impulsar la construcción de diques submarinos u otras infraestructuras de contención en la costa para evitar la pérdida de arena en las playas de la isla a causa de los temporales. Precisamente, el presidente del Consell, Pere Palau, pretende convocar próximamente una reunión con el conseller de Medi Ambient, Jaume Font, el director de la Demarcación de Costas, Fernando Garrido, y los ayuntamientos de la isla para abordar la cuestión.
La asociación de concesionarios de playas, adscrita a la Pimeef, se reunió recientemente con Palau para solicitar la reposición de arena de las playas más dañadas por el temporal del pasado 31 de octubre, que, aunque no tuvo la repercusión del de noviembre de 2001, arrasó parte del litoral de Sant Josep. Los empresarios de las playas también manifestaron al presidente, en ese encuentro, su apoyo a la construcción de infraestructuras para evitar la fuga de arena.
Palau entiende que el gobierno insular y autonómico deben dar respuesta a estas peticiones de los empresarios y desarrollar antes del verano un proyecto de reposición artificial de arena en las playas afectadas por el último temporal, así como, más adelante, la construcción de diques para evitar que cada año se tengan que hacer obras de reposición de arena en las playas. «Soy un defensor de todas las acciones necesarias para mantener la arena en las playas», indicó el presidente del Consell. De todos modos, Palau recalca que no se trata de «poner arena por poner». Por ello, asegura que los ayuntamientos son quienes tienen que apuntar al Consell y al Govern en qué playas es necesario aportar arena y en cuáles cabría la posibilidad de construir un dique u otra infraestructura de contención para evitar las pérdidas que sufren cada año.
Por su parte, la Conselleria de Medi Ambient, según explicó Palau, trabajará conjuntamente con el Ministerio de Medio Ambiente para lograr las autorizaciones, «con los estudios correspondientes», para «extraer arena de algún banco submarino próximo», tal como se hizo antes del verano de 2002 en sa Talaia de Sant Joan para verterla en las playas más dañadas del temporal de noviembre del año anterior.