Desde ayer muchas mascotas de la localidad de Sant Antoni están bendecidas por el párroco de la parroquia. Esta tradición se celebra cada año coincidiendo con la festividad de San Antonio Abad, un santo cuya historia data de los primeros siglos de la iglesia, que vivió en Egipto y cuya característica más reconocible es eporquet que descansa a sus pies. De ahí la denominación de Sant Antoni d'es Porquet.
Como cada año, la bendición de animales en el Passeig de ses
Fonts fue el momento más esperado y concurrido. Además, las cálidas
temperaturas que se registran estos días en las Pitiüses y el hecho
de que la fiesta coincidiese con la jornada dominical posibilitó
que mucha más gente se congregase en los alrededores de la
parroquia.
En torno a las 13,00 horas finalizó la misa solemne y comenzaron a
repicar las dos campanas, señal obligada para que se inicie la
procesión.
Desde hacía rato los vecinos y visitantes habían comenzado a buscar
sitio en el porche de la iglesia para conseguir la mejor
perspectiva posible de las imágenes y de la comitiva que las
acompañaba. Entre ellos estaban representantes políticos como el
presidente del Consell Insular, Pere Palau, el conseller de
Patrimonio, Joan Marí Tur o el actual alcalde de la localidad, José
Sala.
En la plaza de la iglesia el revuelo de ayer era especial porque al murmullo de la gente había que sumarle los gruñidos y ladridos de los perros y otros animales. En la bendición no faltaron los animales más curiosos, como la iguana Charly -su dueña Eva aseguraba que dormía y comía con ella- o las pitones regius Lolita y Antoñita Mari. Precisamente, los dueños de estos dos inverterados no se conocían entre sí y pudieron intercambiar información sobre el cuidado de los animales. La liberación de un millar de palomas, el desfile de carros y el baile payés fueron otras de las actividades del día.Sara Yturriaga