El concejal de Urbanismo y de la zona de es Pratet, Vicent Torres, se mostró ayer «indignado» por el visto bueno de la comisión de actividades clasificadas del Consell Insular a la instalación de una discoteca en un local de la avenida de Santa Eulària, junto al Burger King.
Torres explicó que se trata de un caso antiguo. Cuando, en 1999, entró el equipo del Pacte en el Ayuntamiento de Eivissa se logró frenar esta instalación gracias al «no» del Consell. El propietario recurrió «y lo que menos se esperaba este ayuntamiento era que la respuesta del Consell del PP iba a ser afirmativa».
Torres afirma que el Consell ha dejado al Ayuntamiento «en una posición muy mala». Aun así, asegura que lucharán «con todos los medio legales para evitar esta molesta instalación».
A juicio de Torres, la intención explícita del Consell al autorizar esta instalación es «perjudicar al Ayuntamiento de Eivissa, pero no se dan cuenta de que los perjudicados, al fin y al cabo, son los ciudadanos». El perjuicio político que les pueden causar «es limitado» pero «el que van a causar a la ciudad es permanente». Lo que no entiende el concejal es «cómo la gente , viendo esto en el periódico, no se manifiesta delante del Consell».
El Ayuntamiento está buscando ahora los medios legales para que este proyecto «no salga adelante». Para obtener una licencia para un local así se precisan una serie de características que cuesta mucho lograr, explica Torres, que añade que el obstáculo principal, que era la licencia de actividad, lo ha salvado el propio Consell «a costa de la tranquilidad de los ciudadanos de Eivissa».
Torres remarcó ayer que «tenía toda la confianza del mundo en que este tema estaba zanjado», e incluso se lo llegó a hacer saber hace meses a los ciudadanos de la zona. «Nadie se esperaba que tantos meses después se iba a dar este permiso», dijo. Por ley, si tres meses después de un recurso no hay respuesta se entiende por denegado. En este caso han pasado más de seis meses pero la respuesta del Consell al propietario ha sido afirmativa.