El destino de Muriel Fowler tenía todas las cartas para ser musical: sus padres son cantantes de gospel, su hermana es profesora de música, uno de sus hermanos hace los coros con los Rolling Stones y el otro es compositor. «Empecé a cantar siendo muy jovencita primero gospel en la iglesia de mi barrio situado en Queens y después, con 15 años, asistí a clases de canto durante cuatro años. Y fue en esa época en la que empecé a cantar con distintos grupos locales de Nueva York compaginando mi trabajo de enfermera con las actuaciones», recuerda Muriel Fowler, una mujer risueña que durante el día esconde su dulce mirada tras sus lentes de sol.
Cantante de funky y soul, ha interpretado desde siempre versiones de Boy George, Afrika Bambata, Blood Ulmia o Leaving Colour además de cantar temas propios, dotando cada canción de vida propia.
Su trayectoria en Eivissa comenzó en 1996, cuando viajó directamente desde Nueva York convencida por el bajista de los Blues Brothers, Erick Udell, para actuar con él en la isla. «Estuve viviendo a caballo entre Eivissa y Nueva York hasta 2000 y desde entonces me he establecido aquí», comenta antes de exclamar con un «Oh, yeah!», el gran cambio que supuso para ella dejar la Gran Manzana: «Eivissa tiene un feeling muy especial y aquí se vive más despacio, hay mucha tranquilidad», confiesa esta cantante que ha conseguido supeditar la música a su forma de cantar.
Después de haber actuado con Udell en el Pereyra y cantar en distintas ciudades del Mediterráneo, Muriel Fowler se ha embarcado ahora en una nueva aventura. Ha fundado la Muriel Fowler Band con la que ensaya desde hace cinco meses y con la que ha actuado ya en varias locales de Eivissa. «El problema es que aquí no hay muchos locales en los que se pueda hacer música en directo o apuesten por este tipo de espectáculo», afirma esta cantante que, irónica reza: «¡Dios salve a la música en vivo!» al referirse al futuro de su banda ibicenca de soul y funky.
Eva Estévez