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La mañana en que los móviles no dejaron de sonar

La mayoría de los componentes de la colonia pitiusa en la capital conoció el atentado a través de las llamadas de sus familiares

E.E.-S.M.C.
El fatídico 11M tampoco se borrará de la mente de muchos ibicencos que por motivos laborales o profesionales residen en Madrid. Felipe Vivancos, atleta ibicenco residente en Eivissa, se encontraba en su casa a las ocho de la mañana de ayer cuando el padre de su novia le despertó con una llamada de teléfono, dándole la noticia del atentado. «Mi casa está lejos del centro, pero no suelo usar esa línea (la línea 1 de metro tiene parada en la Estación de Atocha) aunque todos hemos pasado mil veces por allí para viajar a cualquier sitio e impacta mucho», afirmó Vivancos, quien tenía cita con el veterinario de su perro. «Menos mal que la cita era a las 11,00 horas porque la clínica está en Atocha; desde luego después de la llamada he pasado de ir», afirmó.

Raúl Riera, arquero ibicenco integrado en el grupo de tecnificación de la Residencia Joaquín Blume en la Ciudad Universitaria, donde vive, estaba en la residencia cuando conoció el suceso. «Al parecer, una señora que trabaja en el cátering de mi residencia le ha pillado el atentado cuando salía de Atocha», explicó Riera en relación a si conocía algún testimonio directo del atentado. El arquero cursa estudios en un centro de formación profesional en el barrio de Moncloa y explicó que al llegar a clase «muchos compañeros estaban preocupados por amigos que usan esa línea de Cercanías».

El triatleta ibicenco, Cecilio Pérez, que es profesor de Educación Física en Majadahonda, afirmó haber conocido el suceso por la televisión. «Muchos niños no han venido a clase, aunque, que yo sepa, ninguno está afectado por el atentado; sé que la ruta de los autobuses escolares pasa por Atocha y hay muchos controles oficiales en la periferia por causa del atentado», indicó el deportista ibicenco.

Bartolomé Escandel, ilustre historiador se enteró del suceso a través de la radio. «Vivimos lejos del lugar en el que se produjo el atentado, en la zona Norte de Madrid, pero hemos seguido muy de cerca y a través de la televisión todo lo que ha pasado. Estamos lejos físicamente pero no moralmente», señaló antes de confesar que se olía que antes del fin de la campaña electoral se produciría algún atentado: «Lo intuía porque es lo que se ha estado comentando a lo largo de toda la campaña», dijo antes de decir que lo que más le ha sorprendido del suceso ha sido el cambio cualitativo del ataque. A pesar de que ningún familiar o amigo cercano ha resultado herido, Bartolomé Escandell dijo sentirse muy afectado. «Todos los afectados, como españoles, son familia».

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