Llegan desde distintas partes de la península. También desde
Francia, Suiza, Alemania y Portugal. No es la primera vez que lo
hacen y tampoco será la última. Vienen con ganas de disfrutar, con
vehículo propio y un taller de reparaciones a bordo por cualquier
percance. Y cuando hablan intercambian información y experiencias
siempre sobre el mismo tema, esa pasión que los une y reúne aquí y
en otras partes del mundo: su afición a las motos.
Este es el décimo año que Eivissa recibe la concentración de motos
antiguas. Todo un museo sobre el asfalto que se dedica a recorrer
los parajes más bonitos de la isla a bordo de verdaderas reliquias
moteras que este año superan las cinco décadas de antigüedad.
Cuidadas al detalle y con un alto valor de mercado, cada una de
estas motos lleva la firma del empeño y el mantenimiento de sus
pilotos.
Este es el caso de Felipe de Mena, un madrileño que desde sus
comienzos ha asistido a cada una de las concentraciones que el
'Club NSU España' ha realizado en Eivissa. Una asistencia perfecta
por la que ha sido premiado con la invitación especial para esta
nueva convocatoria sin pagar un sólo euro de su bolsillo.
Mecánico y motero, Felipe de Mena lleva arreglando máquinas desde
hace 60 años para la firma BMW. «Mientras tenga salud seguiré
vieniendo», aseguró este experimentado motero para quien dar
consejos a los que se inician en esta clase de concentraciones es
algo más que un placer: «les digo que esto es fabuloso sobre todo
por lo bien que está organizado». Y no es para menos, los 140
participantes han tenido que abonar una inscripción de 240 euros
para cubrir los gastos de barco ida y vuelta a Denia, el hotel, las
comidas y cenas, además de excursiones programadas como la que
realizarán hoy a Ses Salines donde aprenderán la historia de esta
producción local y los factores naturales y humanos que la han
hecho posible.
Pero Felipe no está solo. Como la mayoría de los moteros viene con
su mujer, que le acompaña desde siempre a todas y cada una de las
concentraciones. «Yo voy siempre detrás, por si se escapa», bromeó
Luisa, que ha hecho de su vida junto Felipe toda una leyenda
familiar de las motos. «Tengo un hijo con 40 años y me he bajado un
domingo de la moto y un lunes he dado a luz, así que fíjate si
llevo años en las carreteras».
«Se hace por afición, no por ganar dinero. Es el placer de ver
personas que tienen casi ochenta años y que están encantados aquí,
con sus motos», aseguró Giampiero Mancini, secretario del club
organizador que, además, dispone de remolque privado por cualquier
cosa que pueda pasar. «Normalmente es divertido ver que si algo
ocurre, es el propio piloto el que saca sus herramientas y piezas
de recambio para arreglar su propio vehículo, pero en cualquier
otro caso contamos con un remolque del club que no asiste».
El «Rally isla de Ibiza» vuelve a ser una excusa para reunirse y
pasárselo bien. El punto de encuentro de este grupo ha sido la
ciudad de Denia donde han llegado con sus vehículos en remolques y
han contado con una zona de parking exclusiva y con seguridad
privada que les guardan sus remolques hasta que regresen. Además,
cuentan con una ambulancia de Eivissa que les escolta durante todo
el trayecto que realizarán hasta el sábado por la tarde y que les
ha llevado por la zona norte y que mañana concluirá con el
perímetro de la isla al completo para descansar por la tarde en los
jardines de Las Dalias.
El club organizador ha lamentado que este año hubiera una reducción
del 30% de participantes por motivos de «fechas desfavorables y
puentes inexistentes». Sin embargo, Eivissa sigue siendo uno de los
lugares más atractivos en el que, según Felipe de Mena, «se hacen
las mejores concentraciones de toda España. Y lo digo yo, que ya
llevo unas cuantas».
L uciana Aversa
Rally Isla de Ibiza, un museo sobre el asfalto
La décima concentración de motos antiguas «Rally de Eivissa» atrae a 140 participantes que este fin de semana lucen sus reliquias por las carreteras de la isla