Una interpelación del PSM dio pie ayer al Govern de Balears para abrir oficialmente un debate que mantuvo cerrado durante la pasada campaña electoral: la reforma del Estatut,
A raíz de la interpelación nacionalista, el Govern mostró sus cartas. Lo hizo a través de la vicepresidenta Rosa Estarás, quien enmarcó la reforma en un pacto sólido entre PP y PSOE o, lo que es lo mismo, entre los gobiernos balear y estatal. Estarás, además, insistió en que cualquier debate sobre la ampliación de competencias debía llevar aparejado un cambio en el sistema de financiación.
Habrá que esperar a un próximo pleno (cuando el PSM traduzca su interpelación en una moción) para valorar hasta donde está dispuesto a llegar el PP. De cualquier modo, de lo oído ayer en el pleno del Parlament -un pleno de alto contenido reivindicativo, fruto de la nueva situación política, tras el cambio del Gobierno del Estado-, se desprende que la reforma que está dispuesto a afrontar el PP no es la que desea el PSM, cuyo portavoz, Pere Sampol, instó a populares y socialistas a no repetir lo que ocurrió en 1991, cuando tras votar en el Parlament una reforma amplia del Estatut, ésta se recondujo desde el Congreso de los Diputados.
Al portavoz
del PSM, Pere Sampol, le intranquilizó el tono de la intervención
de la portavoz socialista Francina Armengol y, especialmente, la
definición que hizo de la reforma estatutaria: abogó por una
reforma «acotada». Sampol teme que esa palabra sea una advertencia
de lo que puede suceder: que los dos grandes partidos, PP y PSOE,
terminen por aprobar una reforma «con plantilla» en que todas las
comunidades asuman las mismas competencias.
Los nacionalistas del PSM temen que de producirse un acuerdo de este tipo, una de las propuestas que incluirán en su moción -adoptar el concierto económico como forma definitiva de financiación- se quede en nada.
Con todo, Sampol celebró que el PP balear hubiera decidido «hablar» de reforma y recordó que hace pocos meses el único que aludía a esta posibilidad era el presidente de la Cámara, Pere Rotger, también del PP. El portavoz parlamentario del PP, Joan Huguet, insistió como Rosa Estarás en la necesidad de un pacto estatal que incluya financiación pero consideró oportuno recordar que «la reforma del Estatut no está en las conversaciones de bares y cafés».
La Cámara también aprobó una propuesta que tiene suma importancia para el futuro de Balears: dirigirse al Gobierno de la Nación para que la futura Constitución de la Unión Europea (UE) aluda expresamente a la insularidad y eso permita compensaciones. La propuesta partió del PP y se aprobó con la abstención del PSM ya que este partido no logró apoyo para dos de sus enmiendas: que la futura Constitución también reconociera la co-oficialidad del catalán y abriera la puerta a las «euro-regiones».