Entre 60 y 100 pasajeros del buque Manuel Azaña, de la compañía Baleària, que cubrió el domingo día 23 el trayecto Denia-Eivissa-Palma, ha presentado reclamaciones al sentirse «ninguneados y despreciados» por la naviera, que no tomó en consideración la petición de bajar el aire acondicionado, extraordinariamente elevado, a pesar de que la temperatura era más otoñal que estival.
Los hechos comenzaron a los pocos minutos de partir del puerto alicantino de Denia, cuando varios de los pasajeros advirtieron de la temperatura anormalmente baja en el interior del buque, ya que los aparatos de aire acondicionado funcionaban a pleno rendimiento. Tras organizarse un grupo de personas, pidieron «educadamente» a las azafatas que bajaran o apagaran el aire acondicionado. Éstas sugirieron a dichos usuarios que fueran ellos los que hablaran directamente con los oficiales al mando del buque, por lo que una representación de los mismos subió al puente de mando, donde se les prometió que a las 22.00 horas se apagarían, aunque hoy explicaron que no fue así. La temperatura en el buque seguía siendo de 16 grados, las mantas de Baleària se agotaron e incluso fueron las propias azafatas prestaban a algunas madres sus abrigos para tapar a los niños, y se transmitió al grupo la imposibilidad técnica de apagar el aire «por estar de pruebas».