Que la temporada turística no ha empezado bien no es una novedad. Por una vez, hoteleros y sindicatos están completamente de acuerdo en señalar que, o las cosas mejoran, o la situación va a alcanzar niveles preocupantes. Ayer, la Federación Empresarial Hotelera envió la primera de las encuestas de ocupación de la temporada alta que revela que sólo el 37,4 por ciento de la planta abierta permaneció ocupada durante la primera quincena de mayo, un 4,5% menos que el año pasado, que ya fue malo porque sólo se ocupó entonces en 41,6 por ciento de la planta.
Por zonas, la del municipio de Eivissa ha registrado un 37,3 por ciento de ocupación, un 7,6% menos que en 2003; en las calas de Sant Josep ha sido del 20 por ciento, un 17,8% menos que en 2003; en Sant Antoni, un 32,2% de ocupación, un 8% menos que en 2003; en el norte de la isla la ocupación ha sido del 42,2 por ciento, un 2% menos y en Santa Eulària, de un 41,8 por ciento, un 2% menos que en 2003. En Formentera la planta ocupada ha sido del 30,4 por ciento, un 5,5 por ciento superior a la de 2003 pero se debe a que han abierto menos hoteles en la primera quincena de mayo y han sido menos establecimientos los que se han repartido la escasa afluencia de turistas.