Los trabajos de reforma de la carretera de Sant Josep no se paralizarán hasta el mes que viene. Hasta que no esté lista la instalación de la primera capa de asfalto no se detendrán las obras. Las previsiones del Govern son parar en julio y reanudar el trabajo entre octubre y noviembre para rematar la obra con los últimos flecos del proyecto, entre ellos la última capa de rodadura. Por ello, actualmente, dado el fuerte incremento del tráfico registrado en las últimas semanas, se están produciendo importantes retenciones por culpa de las obras. El problema se acentúa en la rotonda de can Sifre, que en estas fechas y en condiciones normales (sin obras) ya se convierte en un cuello de botella.
Los operarios están trabajando ahora mismo en el tramo inicial de la vía, en can Sifre, lo que provoca retenciones kilométricas y el colapso de la rotonda en las horas punta. A pesar de que toda la obra se está ejecutando en tiempo récord, la capa de asfalto ha cedido en algunos tramos, produciéndose agujeros y baches, cuya reparación ha retrasado la fecha prevista para paralizar los trabajos. El Govern asegura que estas «anomalías en el firme» se han producido por «las condiciones climatológicas adversas» en las que han trabajado los operarios.
Este proyecto, incluido en el convenio estatal de carreteras con un presupuesto de 9'6 millones de euros, elimina 10 curvas pronunciadas del viejo trayecto. El Govern contratará a una empresa para que resuelva durante el verano cualquier emergencia o problema que pueda surgir con la señalización de la vía.