El párroco de San Pablo, Juan Manuel de Souza Iglesias,comenzó la inaguración haciéndo un breve resumen de la historia del templo. Recordó a la multitud de feligreses congragados en el interior que «hacía cerca de cuarenta años que había nacido la iglesia», prácticamente al mismo tiempo que el barrio en el que se ubica , Cases Barates.Dio las gracias también a las familias que han colaborado activamente en la construcción del templo, tanto en forma de ayudas económicas como apoyando la construcción del mismo.
El arquitecto de la obra, José Tejero, se mostró feliz y orgulloso del templo, y afirmó que la iglesia está construida«de dentro hacia fuera, aunque sea justo lo contrario que suele hacerse en arquitectura . Para él es «más importante el eje que el envoltorio». Dentro de la carrera profesional de éste último destaca que lleva más de treinta años trabajando en el seno de la Iglesia, y su obra está presente en todos los continentes salvo Asia.
El proyecto -que inicialmente era más vanguardista y moderno- empezó de la mano de Tejero y el obispo Manuel Ureña, ya que ambos pertenecen al Camino Necatomenal, y el ahora adminstrador diocesano, Agustín Cortés Soriano, ha sido el encargado de inagurar el templo después de recoger el testigo dejado por su antecesor. La disitribución asamblearia del interior es fruto del Concilio Vaticano II: «Queremos una iglesia en forma de asamblea para dar las gracias a Cristo», afirmaron tanto el párroco en su discurso de apertura como el arquitecto a la hora de explicar la relación metafórica entre el orden del interior y las sagradas escrituras: «Una pila bautismal, que va a poder utilizarse por inmersión, representa el útero de la Iglesia. Después de nacer como cristianos, está el alimento del hombre que es Cristo, para continuar con la palabra, la voz y finalizar en la fe, representada por el fresco 'Cristo resucitado se presenta a los apóstoles'».
El templo presenta una disposición octogonal, forma que mejor se adapta a la asamblea. Tanto el párroco, como el actual administrador diocesáno, Agustín Cortés Soriano, y el arquitecto José Tejero señalan la vuelta a una iglesia más primitiva, más participativa, en la que la gran multitud congragada en su interior pueda participar y colaborar: «Esto es una comunidad de comunidades, cuyo fruto es la celebración en el templo; todos deben ser partícipes de dicha celebración», señala Tejero. Para apoyar esta afirmación, cuenta con el proyecto de restauración de la antigua parroquia -ubicada al lado de la actual- con el objetivo de crear salas para catequesis. La forma octogonal viene de las primeras iglesias. Los ocho lados representan el octavo día -día de la Resurrección-, primer día después del Sabath hebreo. Los colores de la vidrieras son los colores plasmados en el libro del Apocalipsis, los colores de una nueva Jerusalem.
La homilía contó con la asistencia de gran núemero de fieles, que celebraron con música la inaguración de su nuevo templo. C. Cuevas