Un nuevo recorrido sorprendió a los más de 70 senderistas que se
sumaron a la segunda jornada de «Ibiza a pie».
La ruta comenzó en Santa Eulària pasando por el Puig de Missa y
continuó por Cala Llonga vía s'Estanyol hasta alcanzar Talamanca.
Dicho así suena fácil, pero los caminantes tuvieron que preparase
muy bien para las cinco horas de caminata entre montañas que
durante la mañana de ayer les llevó a descubrir nuevos rincones
naturales y calas escondidas de difícil acceso. Siempre basado en
el buen calzado, el tipo de senderismo que practicaron ayer tuvo un
par de únicas protagonistas por caminante: las botas.
«La gente se quedó sorprendida por el recorrido que hicimos, sobre
todo la gente de la isla que descubrió que existen calas muy
pequeñas y complejas que por estar escondidas no son fáciles de
visitar», comentó Bartolo Planells, organizador del evento.
Esta vez fueron 17 kilómetros la distancia recorrida por el
grupo de senderistas que se suma a los 14 kilómetros realizados
durante la primera jornada. «Las nubes nos ayudaron y nos
respetaron durante el camino porque cuando llegamos de vuelta a
Sant Antoni comenzó a llover», destacó Planells acerca de la
amenaza de lluvia constante que hizo que mucha gente no se sumara a
esta vuelta.
El recorrido que les espera en este último encuentro comenzará en
la bahía de Sant Antoni y pasará por Caló des Moro, Cala Gració,
Punta Galera, regresando por el torrente de esta zona. Un almuerzo
en la playa de cala Salada cerrará la segunda edición de esta
caminata anual organizada por la 'Asociación para el senderismo de
la isla de Eivissa'. L.A.