Las navieras que operan entre Formentera y Eivissa, especialmente las dedicadas al transporte de pasajeros, van ajustando de forma paulatina la oferta de trayectos en función, aseguran, de la demanda. Lo cierto es que desde ayer se ha producido una nueva reducción de trayectos entre islas que culminará a principios de noviembre, tanto por la afluencia de pasajeros como por el cambio de horario que decreta la UE.
Por el momento la compañía Mediterrànea-Pitiusa, la única formenterense que opera entre ambas islas ha reducido, sus viajes a cuatro en cada sentido debido a un problema en una de sus embarcaciones por lo que sólo opera con una de sus embarcaciones, trabajando en una franja horaria comprendida entre las nueve y media de la mañana al zarpar de la Savina para concluir sus cuatro viajes redondos (ida y vuelta) a las siete y media de la tarde.
Epoo formado por las navieras Trasmapi y Baleària ofrece desde ayer un total de 10 trayectos diarios en ambas direcciones, ocho de ellos mediante la línea jet (embarcaciones de alta velocidad) y dos más con la línea express que cubren las embarcaciones tipo golondrina. Por el momento tanto el inicio como el final de las operaciones se sitúa, en ambos sentidos, a las siete y media de la mañana y las ocho de la tarde; no obstante si siguen con la fórmula empleada años atrás, a partir de noviembre la última embarcación entre islas depoo será a las seis y media de la tarde, dejando a la competencia, Mediettrànea-Pitiusa el último trayecto entre islas que acostumbraba a ser en unas épocas a las ocho de la noche y en otras a las diez. Habrá que esperar pues dos semanas para saber cómo queda definitivamente el horario invernal entre ambas islas.
Uno de los principales problemas que señalan los usuarios, especialmente los formenterenses, se refiere a la nula o escasa información de los cambios de horarios ya que estos se producen de forma tan súbita que «llegamos al puerto y han suprimido o cambiado el horario de un trayecto y nos quedamos -dijo Pep M.-, sin que se hubiera informado anteriormente». Para otras personas se trata de un «menosprecio a los formenterenses ya que sólo ponen los barcos que hagan falta cuando hay turistas -dijo Àngel C.-, y los que vivimos aquí siempre estamos al albur de cambios intempestivos que provocan importantes problemas a la hora de desplazarse entre las islas y en muchas ocasiones nos vemos obligados a pernoctar en Eivissa».