Oscar Wilde decía «me gusta las mujeres con pasado y los hombres con futuro». Esta frase es pura filosofía, se podría hacer un ensayo y una tesis con ella, efectivamente cuando nos encontramos con una mujer con biografía rica en experiencia, vivencias y que todavía es joven, atractiva y que tiene mucho que aportar en el futuro es un verdadero hallazgo y muy grande. Este es el caso de María Luisa Zavala de las Casas, esposa de Enrique de las Casas, mujer que no se conformaba en ningún momento en ser «la señora de» y quiso decir algo, realizarse y ser ella misma desarrollando el formidable espíritu creativo que llevaba dentro. El domingo pasado dediqué mi crónica a su esposo y allí indiqué que su mujer merecía capítulo aparte y a ello voy.
María Luisa era y es un ser entrañable, tiene un encanto especial, eso que algunos llaman tener ángel, la verdad es que desprende una dulzura acompañada de un aparente fragilidad que no debe engañarnos pues bajo esta apariencia delicada hay una mujer luchadora, emprendedora, lúcida y creativa. Podría haberse dedicado al difícil arte de no hacer nada, pero escogió el camino también difícil de demostrar su valía. María Luisa, es una mujer culta, bella, elegante, con una distinción innata y adornada de esta difícil cualidad de «saber estar», es refinada y culta pero todo sin ostentación pues una de sus virtudes es la discreción. Tiene una amiga de toda la vida Marita Galbis, a la que conozco menos y he tratado solo superficialmente, aunque me parece que es también una señora todo terreno: las dos en la década de los 60 empezaron a diseñar y producir ropa para niñas y sus mamás. Por aquel entonces Galerías Preciados les hizo una compra importante y todo lo invirtieron en una especie de taller-estudio creando la firma «Top-Top». Migue García de Saez buen amigo del matrimonio las Casas, que como ya he indicado tenía casa en Ibiza, cuando creamos el comité organizador de la moda Adlib, en el año 70, les invitó a participar, les presentó a Smilja, y al realizarse el primer desfile en el año 71, presentaron sus creaciones que fueron muy aplaudidas y alabadas. El jurado premió su colección con una medalla, convirtiéndose la firma «Top-Top», en una de las pioneras y creadoras más importantes, dentro de la moda Adlib. Los modelos que presentaron salieron en todas las revistas de moda de la época y esta firma tomó parte en los desfiles durante unos 10 años. Sus modelos fueron seleccionados para varios desfiles fuera de Ibiza que organizaron en San Sebastián, Biarritz etc, y posteriormente María Luisa se desplazó para presentar a todas las firmas de Adlib a la feria de Sao Paulo. Por aquel entonces la moda de Ibiza tenía una amplia resonancia y presencia en el extranjero .
Después de unos 20 años cerraron su taller si bien continuaron la creación de pequeñas colecciones para clientes antiguos y amigos. Últimamente Marita se ha dedicado a pintar y María Luisa a diseñar con gran éxito vestuario para el cine habiendo sido nominada varias veces a los premios Goya.
Este año al organizar el Homenaje a Smilja, en un pequeño «revival» tuve la suerte y el honor de que un clásico como la firma «Top-Top», participara haciendo posible además de este modo renovar una vieja y muy querida amistad.