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Las obras públicas, la maldición de Formentera durante 2004

La renuncia de las constructoras a trabajar con administraciones retrasa numerosos proyectos

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Formentera acabará 2004 con innumerables obras públicas pendientes, cuyo retraso no hay que achacar directamente a las administraciones. De todos es sabido, porque los políticos de cualquier color lo recuerdan periódicamente, que en Formentera el sector de la construcción prefiere, por sistema, las iniciativas privadas a las públicas y de ahí que importante obras destinadas a los ciudadanos sufran unos retrasos importantes. Además, cualquier problema con el material o las máquinas supone un hándicap añadido por la doble insularidad de Formentera, que en estos casos se demuestra lo dañina que puede resultar a ser.

Si para muestra vale un botón, he aquí una larga hilera de obras pendientes de finalización. La más emblemática por su carácter social es la que se refiere a la primera promoción de VPO, Viviendas de Protección Oficial, de la isla que en a principios de verano los responsables del Ibavi anunciaron se entregarían a finales de octubre. Finaliza el año y los propietarios aún no han podido acceder a las mismas con el consiguiente gasto adicional de haber pagado una entrada y los gastos posteriores y simultanear en la mayoría de los casos alquileres hasta el momento de hacer el traslado.

El cubrimiento y climatización de la piscina municipal de Formentera estaba previsto entrara en funcionamiento, es decir, se cortara la cinta, a mediados de noviembre tal y como aseguró el arquitecto responsable de las obras ante el presidente del Consell d'Eivissa i Formentera, Pere Palau.

Pero problemas con la calidad de la construcción, habilitación de partida presupuestaria adicional para mejorar las instalaciones ya existentes y otros contratiempos han provocado que, por el momento la piscina siga sin estar disponible.

Otro tanto sucede con los vestuarios del campo municipal de fútbol y de las pistas municipales de tenis. En ambos casos la última fecha prevista para su inauguración coincidía con el puente de la Constitución, ni por esas. Y en cuanto al Centre Social es Molí, otra obra que se arrastra desde hace varios años, el retraso es aún mayor. La demolición se realizó a principios de año y la construcción debía realizarse a continuación, pero aún no se ha iniciado.

Las causas
Todo ello es fruto de la renuncia de las constructoras de la isla a trabajar para el Ayuntamiento o las administraciones insular o autonómica. El negocio no es redondo y por eso siempre queda en segundo plano optar a estos trabajos. La prueba es que la peatonalización de la calle mayor de Sant Ferran o la urbanización de la calle Xaloc de es Pujols los han realizado una empresa, Saribesa, de Mallorca que también ha iniciado la urbanización de la calle Ponent en la Savina. Y por otro lado está Tragsa, empresa medio propia del Consistorio que de alguna manera tiene que hacer frente con todo lo que las otras empresas no quieren hacer. Y no pueden o quieren multiplicar sus esfuerzos y efectivos para que las obras de Formentera se realicen más o menos en sus plazos. Prueba de ello es que, también desde hace años, sigue pendiente la construcción de un vial de conexión al solar de la futura Unidad Básica Sanitaria de la Mola y la construcción del edificio en sí mismo.

Ahora se anuncia la construcción de un polideportivo y de un recinto ferial, deben iniciarse en la primavera las obras del Hospital y soterrar los contenedores de todos los núcleos urbanos de la isla. La pregunta que los formenterenses se hacen es ¿quién hará los trabajos? ¿cuándo se iniciarán? Y sobre todo ¿cuándo acabarán? Obras de tan importante envergadura requieren el compromiso de empresarios y administraciones para no volver a sufrir semejantes retrasos.

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