Amics de la Terra presentará hoy al fiscal una denuncia contra las obras que se están realizando en los acantilados de sa Punta Grossa en Cala Sant Vicent, en Sant Joan, «que están teniendo efectos devastadores en este paisaje protegido».
Según el grupo ecologista, la zona es Àrea Natural de Especial Interés (ANEI) y los acantilados están considerados como áreas de alta protección según el artículo 11 de la Ley de Espacios Naturales (LEN). «También las obras se están desarrollando dentro de la franja de servidumbre de protección de Costas», según especifica Amics de la Terra en un comunicado.
Los trabajos de construcción parten de la urbanización de sa Punta Grossa, en la finca propiedad POMPE S.L. y continúan por la costa siguiendo un antiguo sendero construido por el Ministerio de Fomento que llega a través de los acantilados hasta el faro, que dejó de funcionar hace más de 80 años cuando el ministerio lo subastó y que también pertenece a POMPE. Los ecologistas explican que actualmente este sendero es poco transitado porque su estado es muy peligroso.
Las obras que se están llevando a cabo consisten, según Amics de la Terra, en «el corte de taludes del acantilado y la excavación de la roca, provocando una gran desprendimiento de áridos que van cayendo por el acantilado al mar y dejando un paisaje desolador en un área de la costa que está totalmente virgen».
Sin embargo, el grupo ecologista aclara que los trabajos cuentan con una concesión de obras de emergencia, autorizada por el Ministerio de Medio Ambiente en 2004, «bajo la descripción de rehabilitación del camino del faro de sa Punta Grossa», aunque, añade, «está plagada de irregularidades».
Para Amics de la Terra una gran inversión de este tipo «sólo apunta a intereses especulativos» y asegura que «los vecinos de la zona creen que el propietario tiene la intención de reconstruir el faro para convertirlo en una gran mansión».