La IV edición de Divercan abrió sus puertas ayer por la mañana para acoger un fin de semana de demostraciones, actuaciones y pruebas de agilidad canina, así como también para invitar al público en general y a sus perros a participar de los talleres y de las diversas actividades lúdicas e informativas preparadas para este nuevo evento.
La jornada comenzó ayer con una actuación de freestyle, en la que un caniche gigante llamado Río, y un border collie llamado Chelsie, bailaron al ritmo del rock'n'roll guiados por sus dueñas y adiestradoras Kim y Jackie Berryman. Vueltas en el suelo, vueltas hacia atrás, piruetas, saludos a ambos lados y pasos sincronizados entre perros y dueñas fueron algunas de las pruebas de este nuevo espectáculo canino llamado estilo libre.
A su fin, la gran moqueta, llamada por la organización «Ring central», albergó una prueba de defensa deportiva protagonizada por el adiestrador Karatekian, que, reconocido de forma internacional por sus participaciones en campeonatos del mundo, presentó a los perros de su escuela Siro y Zidane, y llevó a cabo demostraciones de seguridad junto a su ayudante y también alumno Iván, encargado de usar el brazo protector para que los perros hicieran sus acciones de ataque.
Divercan continúo con talleres de obediencia e iniciación de Agility, donde todos los perros pudieron jugar y divertirse junto a sus dueños.
Por la tarde tuvieron lugar las pruebas de Agility, precedidas por la verificación veterinaria que constató que los animales a concursar estuvieran debidamente vacunados y con microchip, así como también para identificar a las perras en celo, que siempre son las últimas en competir «porque dejan su rastro y los otros perros no están a lo que tienen que estar», según afirmó, Juan José Cabrera, del Agility Club Eivissa. En cada prueba los perros debieron demostrar su destreza, su rapidez, la valentía ante los obstáculos y la continuación por la zona de contacto.