El primer turno de declaraciones de los testigos argentinos del «caso Formentera» en el Juzgado Federal número 2 de Santa Fe no ha logrado desenredar la madeja de una instrucción abierta en 1999, y sigue enfrentando de manera rotunda en sus valoraciones a los abogados de las acusaciones\132
particulares, Ascensión Joaniquet y Miquel Mas y de la defensa, Rafael Perera. El «caso Formentera» investiga la supuesta trama para alterar los resultados de las elecciones en esa Isla, un hipotético «pucherazo» electoral de amplias repercusiones, que ha pasado por todas las instancias judiciales en las Islas, desde un Juzgado de Instrucción, hasta el Tribunal Superior de Justicia de Balears y el Tribunal Supremo.
Como se sabe, en dos ocasiones el juez Antoni Monserrat decretó el archivo de la causa, pero también en dos oportunidades el TSJB le ordenó que siguiera investigando.
También, el Supremo rechazó la imputación del presidente del Govern, Jaume Matas, y de la vicepresidenta, Rosa Estaràs, ministro de Medio Ambiente y diputada nacional del PP cuando los partidos de izquierda presentaron la denuncia.
Tras escuchar los testimonios de una veintena de santafesinos, descendientes de emigrantes de Balears, entre el martes y el viernes, las partes personadas no se ponen de acuerdo al calibrar las declaraciones de los testigos ante los integrantes de la comisión judicial desplazada a Argentina e integrada por el juez Antoni Monserrat y el fiscal jefe Bartomeu Barceló. Hay serias divergencias en cuestiones, que resumimos en el despiece que adjuntamos en esta página.
La comisión judicial del «caso Formentera» permanecerá aún tres semanas más en tierras sudamericanas -se desplaza luego a Montevideo-, antes de regresar a Mallorca.
El voto de los difuntos
La acusación: Los letrados Joaniquet y Mas han pedido investigar el voto depositado en 1999 por José Tur Tur, fallecido en 1994. Otro voto «sospechoso» corresponde a la madre de Antonia Homar, que también había muerto mucho antes de los comicios de Formentera.
La defensa: El abogado Perera considera que José Tur Tur, efectivamente, votó en las elecciones de Formentera, pero no el fallecido, sino otro ciudadano santafesino con idénticos nombres y apellidos. De hecho, en el censo de Santa Fe aparecieron otros tres José Tur Tur. Esa cuestión se está investigando.
Censo electoral
La acusación: Ven irregularidades manifiestas y de todo tipo, como formularios rellenados por personas distintas al titular, firmas y tipo de letras distintas a las del interesado. También, afirman que varios testigos rellenaron las hojas «creyendo que solicitaban el pasaporte».
La defensa: Atribuye los errores a la «escasa cultura y formación» de algunos de los testigos, por eso, califica de «normal» que, por ejemplo, en una familia de diez hermanos (los Riera Albornoz), sólo uno de ellos cumplimentara los formularios.
Casa en Formentera
La acusación: El argumento esgrimido por los testigos en el sentido de que decidieron inscribirse en el censo de Formentera para votar debido a que el Centro Balear de Santa Fe iba a adquirir allí una casa, que les permitiría veranear en la Isla, «es una patraña que ha quedado desmontada», según los letrados. «Ya no les sirve como coartada porque ha quedado demostrado que la decisión de comprar la casa fue posterior», añadieron.
La defensa: Considera «lógico y normal» que los ciudadanos de Santa Fe, descendientes de Balears, quisiesen contar con una casa en propiedad en Formentera. Dice que fue un proyecto defendido por el Centro Balear y no ve nada irregular o anómalo en que los testigos justificasen su inscripción electoral en Formentera con ese argumento.
Opciones políticas
La acusación: Para esta parte resulta «sorprendente» que los testigos que votaron en las elecciones de Formentera tuvieran un desconocimiento absoluto de los partidos políticos que allí se presentaron. Los 74 votos investigados favorecieron, todos, al AGIF, acrónimo de la formación que representaba al PP. ¿Por qué votaron de forma masiva a un partido desconocido, incluso, para los propios baleares?, se preguntan los letrados.
La defensa: Afirma que ha quedado «plenamente confirmado» que esos ciudadanos descendientes de baleares votaron «de forma libre, espontánea, sin que nadie les presionase, indujese o aconsejase a quién deberían favorecer». «Entiendo que de ninguna manera se induce o se infiere ni se aportan indicios de que ha existido el fraude electoral en esta causa», señaló Perera.