La Operación Caracol, promovida por la Plataforma antiautopista, colapsó ayer por la mañana el tráfico de las futuras autovías de la isla con una caravana de 80 vehículos aproximadamente, que, con lazos negros y alguna pancarta, transitó a marcha lenta y a golpe de bocina en protesta por los macroproyectos de carreteras del gobierno del PP.
La marcha lenta (los vehículos transitaron a una media de 20 km/h aproximadamente) provocó retenciones en el tráfico de dos kilómetros a lo largo del camino, que culminó ante la sede del Consell Insular tras dos horas y media de recorrido. La masiva entrada de vehículos a paso de 'caracol' en la Avenida de España provocó un tapón en el centro de la ciudad. La caravana paralizó la circulación de la arteria principal de la ciudad durante 10 minutos antes de proceder a la disolución del acto de protesta con una sonora pitada.
La Policía Local intervino para evitar que el tapón se prolongara más tiempo, aunque no hubo ningún incidente a lo largo de la marcha. No obstante, la Guardia Civil de Tráfico dio el alto a varios manifestantes y multó a dos de ellos por «conducción temeraria» al ir a paso lento y obstruir la circulación, según explicó a este periódico Marcos Lluy, uno de los portavoces de la Plataforma. Precisamente, Lluy fue uno de los sancionados con una multa de 150 euros. Las fuerzas de seguridad detuvieron antes, 500 metros después de la partida de la caravana, a la persona que encabezaba la comitiva con pancartas alusivas a la Plataforma. La Guardia Civil también detuvo a otros conductores en la rotonda del aeropuerto, aunque al parecer no les impuso ninguna sanción económica. La Plataforma reconocía ayer que no se había pedido permiso de forma oficial a la dirección insular del Estado, aunque ésta estaba al corriente de ello.
La Plataforma había convocado la partida de la marcha en Sant Rafel a las 11 horas, aunque por el cambio horario se pospuso casi una hora. Casi 70 vehículos salieron al mediodía de Sant Rafel en dirección a Sant Antoni, donde, tras dar la vuelta al huevo de Colón, se dirigieron hacia el segundo cinturón de ronda de Eivissa, que es la zona donde se produjo el mayor colapso del tráfico a causa de las obras de ampliación de la vía. La marcha iba a paso de 'caracol', lo que provocó el enfado de algunos conductores que se vieron atrapados en la caravana.
Recorrida la futura autovía del aeropuerto, los vehículos entraron en la ciudad de Eivissa para cerrar el circuito ante la sede del Consell. La Plataforma valora de forma «positiva» la caravana y anuncia nuevos actos de protesta.