Palau aseguró que «el exceso de oferta complementaria» no ha ido en consonancia con un aumento del flujo de turistas. «Los comerciantes dicen cada año, con razón, que facturan menos que el año pasado. Son más a repartir, es un libre mercado y hay mucha competencia. No hay que culpar a la administración si no se hace caja», dijo.
El presidente del Consell anunció que sacará un censo con la evolución de la oferta complementaria en los últimos diez años. «Si hace 10 años había cien y ahora hay 300 lo que no podemos aspirar a que esos 300 hagan lo mismo que los cien. El propio sector tendrá que regularse como ha ocurrido con el turístico». Palau, en este sentido, recordó que «nadie prohibe que se puede hacer más hoteles, pero el inversor se ha dado cuenta que hacer un hotel hoy en día no están rentable».
Aconsejó al sector que fuera más imaginativo, «que no pongan todos lo mismo, porque si en un lugar funciona un bar no tienen por qué colocar al lado otro».
El presidente reconoció, no obstante, que con el 'todo incluido' se puede resentir el sector de bares y restaurantes, «pero tampoco vamos a decir que todo el que toma el 'todo incluido' va a un restaurante cada día».
El presidente salió al paso de las críticas vertidas acerca de los efectos negativos del 'todo incluido' a la oferta complementaria. «El que consume en un hotel no compra tanto fuera, pero si vinieran un 20 o un 15% de turistas menos en las islas, quizás sería peor el remedio que la enfermedad. Los que vienen, aunque con el 'todo incluido', consumen y dejan algo en nuestras islas», reflexionó. El presidente defendió el 'todo incluido' ante la situación del mercado actual. «Es una realidad debido a la demanda del mercado y tenemos opción de decir que sí o que no». «Si hay otras zonas que te lo ofrecen, esto puede representar una desviación de turismo y en los tiempos que corremos quizás no sea lo mejor».
En su opinión, el 'todo incluido' no implica que se va a rebajar el servicio o la calidad para que salga más barato.