Los arquitectos afirman en sus alegaciones al proyecto de autovía del aeropuerto que resultan «fuertemente contradictorias» las soluciones técnicas adoptadas para la carretera de Sant Josep y la del tramo que va de Sant Jordi al aeropuerto. Recuerdan que, según el estudio de los flujos de tráfico, el tránsito del tramo de la salida de Can Sifre en dirección a Sant Josep (PM-803) es de 15.500 vehículos de media diarios, mientras que el de Sant Jordi al aeropuerto (PM-801) es de menos de 13.500 vehículos. «Una obra tan reciente [la de Sant Josep] resuelve el tema de la carretera con dos carriles y dos aceras amplias con un diseño de vía totalmente urbano e incongruente, por contra, con la del aeropuerto que necesita poco menos que una autopista para una menor intensidad», apuntan.
El estudio de intensidad de tráfico incluido en el proyecto considera especialmente relevante el aumento del tráfico en el tramo entre Sant Jordi y Can Sifre. Eso supone, según los arquitectos, que es la zona urbanizada, especialmente el acceso a Platja d'en Bossa, lo que crea «más intensidad de tráfico», por lo que insisten en la necesidad de diversificar el flujo de vehículos con vías alternativas. «La potenciación de la red viaria interior de los municipios puede ayudar a reducir la necesidad de pasar siempre por el mismo y único vial», dicen.
A continuación se detallan algunas cuestiones del proyecto de trazado inicial de la autovía sometido a exposición pública que para los arquitectos son «extraños». Cabe tener en cuenta que el proyecto definitivo, al que teóricamente se han incorporado algunas modificaciones como la eliminación del tercer carril, no se ha dado a conocer.
Continuación del bulevar sur hasta el hipódromo. Al hilo de lo anteriormente comentado, el Colegio apuntaba en sus alegaciones que la prolongación del bulevar sur hasta la actual glorieta del hipódromo podría significar «una vía más alternativa y no la única».
Incomprensibles trazados anexos al norte y sur de la vía. Los arquitectos apuntan que el proyecto incluye unas intervenciones secundarias en el norte y el sur del trazado principal, que o no tienen continuidad y se convierten en un tramo aislado (el bulevar de Platja d'en Bossa), o bien tienen «un trazado tan extremadamente osado [norte] que nadie es capaz de entender ni captar cuál será su aportación a la solución global del problema».
Se entiende que se refieren a los viales anexos de la zona de es Raspall, que, según mantiene el Grupo del Pacte del Consell y los 'antiautopista', se han incluido para beneficiar los intereses de la familia de la consellera de Carreteras, Stella Matutes.
El paso por el Parque Natural de ses Salines. Los arquitectos muestran su extrañeza de que el trazado general de la autovía pase por «zonas sometidas a un cierto grado de protección por el Parque Natural de ses Salines».
Pérdida de calidad de vida de los vecinos. El Colegio de Arquitectos recuerda que la afectación paisajística y a la calidad de vida de los habitantes del entorno de la carretera será «fuertemente negativa». «Es necesario crear una alternativa al núcleo de Sant Jordi, pero con una solución más proporcionada que la planteada», afirma.