Ruidos de martillo, tejados en reparación, tractores por la
peatonal que van y vienen con escombros y mucha, mucha pintura.
Maniquíes en la calle que pronto lucirán prendas desde alguna
vitrina, comerciantes ocupados en arreglos de toldos, puertas y
ventanas, y camiones que llegan y se van transportando
material.
Este es el ambiente que se oye y se respira por estos días en el
Puerto y en la Marina al igual que ocurre por las calles céntricas
de la localidad de Sant Antoni, protagonizado por los comerciantes
de la isla y de otras partes del mundo y la península, que ya han
comenzado con los preparativos en vistas a la temporada de
verano.
A muchos ya no les preocupa el puente de mayo del fin de semana
como tampoco se hicieron eco de los días festivos de Semana Santa.
Comienzan a preparar sus comercios, bares y restaurantes con tiempo
porque no inaugurarán hasta mediados o finales de mayo.
«Hace diez años que abrimos el 12 de mayo. Antes lo hacíamos en
Semana Santa pero hace mucho que ya no tiene sentido», aseguró
Enrique, que junto a su socio Horst regenta el bar Mambo desde hace
24 años. «Antes esto era alucinante. Cuando llegaba Semana Santa
abríamos y trabajábamos como en agosto, pero hace mucho tiempo que
ya no es así», coincidieron ambos propietarios que mano a mano
comenzaron ellos mismos con los trabajos de pintura y de arreglos
de sillas y mesas porque según señaló Enrique, «si pones a trabajar
a cuatro pintores para que te dejen todo listo, empiezas la
temporada con 1.000 euros menos».
Chill out
Frente a la estación marítima, los obreros contratados por la
empresa Tanzoo convierten uno de sus locales en un chill out que
más tarde combinarán con una nutrida terraza de mesas y bancos
altos desde donde los relaciones públicas invitarán a todo el que
se pasee por el puerto a una copa o chupito gratis: «Venimos del
norte de Italia y hace 20 años que hacemos temporada aquí. Ahora
estamos de reformas internas pero queremos tenerlo todo listo para
el 6 o 7 de mayo», explicó el encargado Oreste Carpi mientras
supervisaba las reformas.
Los peatones esquivan los escombros de la vereda a su paso y
también descubren que debajo de los arneses que sostienen un
protector de fachadas hay un negocio que ha estado abierto la mayor
parte del año. Algunos turistas caminan entre los trabajadores que
cargan con cosas, cajas y herramientas, y entran a los negocios que
han estado abiertos todo el invierno como en el local de cerámicas
que atiende Bernardo a quien no le intriga la llegada de una nueva
temporada: «Cada año es lo mismo, si no fuera por el mes de agosto
tendríamos que cerrar todos», señaló.
Desde que llegó el buen tiempo hace un par de semanas, las calles
de Sant Antoni muestran cada vez una mayor presencia de turistas.
Fácilmente reconocibles por sus blancas pieles enrojecidas por el
sol y sus curiosos atuendos, los visitantes extranjeros comen y
beben en las terrazas del paseo de ses Fonts y el puerto. La
mayoría de las cafeterías, heladerías y restaurantes sacaron ya en
Semana Santa sus sillas y mesas al exterior, aunque algunas han
esperado a esta semana para hacerlo.
Últimos retoques
Muchos se apresuran a dar los últimos retoques antes de este puente
de mayo que todos coinciden en señalar como la línea que separa la
baja estación de la temporada de verano. Un operario subido a una
escalera da una mano de pintura a la fachada de un local. Otro
repasa las bombillas del cartel luminoso colocando nuevas en el
lugar de las fundidas mientras por su lado pasa un hombre con un
carro lleno de cajas con género para reponer neveras y botelleros.
En el paseo del puerto, un joven limpia las mesas y bancos de un
local . Se trata de Helios, empleado de Pussicat, un bar de copas
que ha estado cerrado durante el invierno y que abre de nuevo sus
puertas: «Hemos renovado todo el bar con mobiliario nuevo, sobre
todo mesas y sillas, además de pintarlo. Después de haber estado
todo el año cerrados abrimos al público mañana para aprovechar el
puente de mayo», señala el trabajador.
Aunque el Island Café trabaja todo el año ininterrumpidamente, la
llegada de la temporada alta también les obliga a hacer cambios: «A
partir de este fin de semana se espera más afluencia, así que ya
estamos adecuando el bar a las necesidades. Intentamos distribuir
mejor los espacios para aprovecharlos mejor y sacar más
rendimiento», explica Àlex Sánchez, uno de los camareros. Las
despensas se refuerzan con productos para atender sobre todo al
turista inglés. Además, se refuerza la plantilla para afrontar el
aumento de la clientela.
Balones de playa, esterillas, bronceadores y chanclas. Los
expositores de las tiendas de artículos de playa han ocupado las
aceras de unas calles sobre las que hace unas semanas no había
nada. Las tiendas de souvenirs exhiben sus recuerdos típicos en sus
escaparates. Lo que era un paisaje en el que predominaba la chapa
de las persianas cerradas ahora muestra su esplendor para recibir
al esperado turista.
L.Aversa/I.Muñoz
La isla se prepara
Los comerciantes y hosteleros de la isla preparan sus negocios para afrontar el puente de mayo y el inicio de la temporada.