La consellera insular de Vías y Obras, Stella Matutes, aseguró ayer que el tramo de la carretera de Sant Josep comprendido entre la rotonda de Can Burgus (que da acceso a sa Carroca) y la de Can Bellotera tendrá línea continua y ninguno de los comercios «podrá tener acceso directo». De esta manera negó toda posibilidad de que, como piden los comerciantes, se retire la línea continua y la señal de prohibido el paso que se han colocado en la zona que está más cerca de la rotonda de Can Bellotera. «Los técnicos dicen que hay que poner línea continua», insistió Matutes, tras afirmar que este tramo de más de medio kilómetro es considerado como uno de los 'puntos negros' de la red viaria de la isla. Precisamente, señaló, su peligrosidad «se debe a la gran cantidad de accesos directos que hay desde la vía a los negocios y las viviendas colindantes». Asimismo, señaló que la línea continua «garantizará la seguridad en todo el trayecto, impidiendo los giros a la izquierda peligrosos y las retenciones». «La seguridad está por encima de todo y además la distancia entre ambas rotondas en vehículo es muy pequeña», argumentó.
A pesar de que en estos momentos todavía hay tramos del recorrido entre Can Cifre y Can Bellotera donde hay línea discontinua permitiendo la entrada directa a algunos negocios y casas ubicados junto a la carretera, la consellera explicó que la señalización horizontal de la vía no es la definitiva y que el primer tramo en el que se actuó pintando la línea continua fue en el de Can Bellotera por considerarlo el más conflictivo, aunque la medida se extenderá a todo el trayecto entre las rotondas. Matutes aseguró que esta actuación es una petición no sólo de los técnicos sino también de la asociación de vecinos de la zona.
Sin embargo, la medida no es bien vista por los comerciantes de Can Bellotera que aseguran que en las tres semanas que se ha colocado esta señalización han descendido ostensiblemente las ventas en sus negocios.