El colegio público Cas Serres cuenta ya con 26 años, pero desde su inauguración no se han hecho obras de ampliación aunque el colegio ha crecido. No disponen de una sala de profesores ni de usos múltiples, hay clases de apoyo en el pasillo e incluso en la biblioteca.
La falta de espacio no es el único problema existente, ya que hay barreras arquitectónicas y se ha pedido una rampa y un ascensor ya que dos de los siete niños con necesidades educativas especiales van en silla de ruedas. Los servicios de fisioterapia y logopedia están en la primera planta.
Las dotaciones iniciales de mobiliario para el colegio son insuficientes para atender a los alumnos, ya que «ha aumentado la matrícula de manera alarmante», precisó la directora. Así, los niños de siete años están sentados en sillas que corresponden a niños de 10. El colegio ha tenido que recuperar mesas antiguas para las clases.